Descripción
RESUMEN
La economía argentina está transitando un proceso de profundas transformaciones.
La estabilización no es, simplemente, la solución de sencillos desequilibrios,
sino que supone profundas reformas estructurales.
Las recomendaciones que surgen en los programas de estabilización y reforma
estructural inspirados en el denominado "Consenso de Washington", que se
articulan en la apertura, la desregulación y el proceso de privatizaciones,
resultan insuficientes para aproximarse a entender las múltiples facetas que
acompañan a la dinámica del cambio estructural. En particular, se destaca la
ausencia de un análisis de las respuestas empresariales a la implementación de
estos programas, lo que lleva implícito un supuesto de comportamiento
automático, y no diferenciado a nivel microeconómico, que conduciría a un nuevo
patrón de especialización, compatible con la disciplina macroeconómica y la
inserción en el contexto internacional.
La experiencia que surge del análisis de los cambios en el sector industrial
argentino en las últimas
dos décadas, evidencia que el fenómeno es mucho más complejo. En efecto, los
cambios observados se caracterizan, entre otros elementos, por comportamientos
diversos y contrapuestos, con una secuencia y tiempos muy distintos a los de las
modificaciones en el proceso de apertura y de los cambios en los grandes
parámetros macroeconómicos. Asimismo, se comprueba que la dinámica de cambio
estructural estuvo fuertemente influida por el proceso evolutivo previo; que las
instituciones públicas y privadas no se `aggiornaron' a las nuevas condiciones;
y que en muchos casos, los beneficios privados generados por las estrategias
empresariales no necesariamente coincidieron con los beneficios sociales.
Las dos grandes `avenidas' de transformación en estos veinte años son las
reestructuraciones ofensivas y las estrategias defensivas de sobrevivencia que
caracterizan al resto. Las reestructuraciones ofensivas son aquéllas en las
cuales hubo fuertes inversiones en máquinas y equipos, y al mismo tiempo
profundos cambios organizacionales en el modelo productivo. Esto determinó un
notable incremento de la productividad en las plantas, con niveles que se ubican
cerca de los mejores estándares internacionales.
Se pueden identificar alrededor de unas 400 empresas con estrategias ofensivas.
Esto representa
aproximadamente un 40% del producto industrial en el año 1995. El desarrollo de
estrategias defensivas abarca unas 25.000 empresas y representan el 60% del
producto industrial argentino. Estas firmas son muy distintas de lo que eran 20
años atrás; y en ellas también aumentó notablemente la productividad. Sin
embargo, este punto tiene una evaluación positiva si se compara con su propio
pasado, pero si la comparación es con la mejor práctica internacional, existe
aún una brecha significativa.
Finalmente en el trabajo se hacen algunas referencias sobre el comportamiento de
las firmas durante el Plan de Convertibilidad y se realizan algunas
consideraciones acerca del debate sobre la política industrial y las
posibilidades de desarrollar un nuevo patrón de especialización industrial,
considerándose algunos contenidos que deberían tomarse en cuenta para definir
una estrategia competitiva.