Descripción
Después de un relativo letargo durante los años ochenta, las disparidades económicas territoriales (subnacionales) fueron una preocupación muy presente en la literatura económica de la década del noventa y los albores del siglo XXI. El propósito de este trabajo es hacer un balance de esta nueva oleada de estudios, con énfasis en la situación de los países de América Latina y el Caribe y esforzándose por derivar consecuencias en materia de política económica. Este estudio se hace, sin embargo, con algunos límites voluntariamente escogidos y que vale la pena explicitar. Aunque esta preocupación por las disparidades económicas territoriales es consustancial al pensamiento económico desde sus mismos orígenes, en este documento sólo se revisan las escuelas y enfoques con mayor presencia en los años más recientes. La Nueva Geografía Económica (NGE) ha tomado dos grandes orientaciones, una de las cuales ha estado más profusamente estudiada y difundida en los medios académicos latinoamericanos que la otra. En la NGE de orientación estructuralista y neomarxista se ha puesto mayor énfasis en el estudio de casos paradigmáticos, a partir de los cuales se han elaborado explicaciones del éxito y el fracaso económico regional en el mundo contemporáneo. Los números 27 y 33 de esta serie de Gestión Pública se ocupan de ello. Una segunda NGE, de origen anglosajón y de inspiración marginalista, ha tenido mayor impacto y presencia en los estudios e investigaciones de entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial. En ellos se han retomado las preocupaciones clásicas por la explicación de los patrones de concentración urbana y por el debate entre modelos de convergencia y divergencia económica regional (subnacional). Con esta opción, este trabajo se hace complementario de los mencionados, pero además rescata dimensiones, factores y modos de explicación ausentes en las otras vertientes de la NGE. En este estudio se comienza con la revisión de los trabajos inspirados en la teoría neoclásica del crecimiento (capítulo I), cercanos a las tesis de convergencia regional que plantea la existencia de un proceso de progresivo acercamiento entre regiones ricas y pobres. Aparte de revisar los modelos de referencia actual, Barro y Sala-i-Martin (1995a), se consideran algunas investigaciones antecesoras, de orientación estructuralista. Igualmente, se destacan las críticas a la teoría de la convergencia presentadas por Quah (1995) y las aplicaciones realizadas para países de América Latina (del Caribe no se encontraron trabajos). En el capítulo segundo, se revisan aquellos estudios en los cuales su análisis se ha centrado más en ciudades que en regiones, y se actualiza con información y nuevas teorías la discusión de la problemática de la primacía urbana en América Latina y el Caribe. En el capítulo tercero se da breve cuenta de un conjunto de investigaciones mediante el cual se ha intentado establecer una relación causal entre geografía física y desarrollo económico. Para terminar (capítulo IV), se recoge la discusión teórica en función de preocupaciones de política económica. Particularmente, se consignan los argumentos éticos, macroeconómicos y empíricos que podrían nutrir un nuevo debate sobre la importancia de las disparidades económicas territoriales como objetivo de política económica.