Descripción
En este inicio de siglo, América Latina debe plantearse cómo retomar el crecimiento, aprovechando los avances que se han producido en la gestión macroeconómica, especialmente en materia de control de la inflación. Sin embargo, dichos avances no han bastado para impulsar el desarrollo, sobre todo en el ámbito local; de modo que es preciso encontrar un nuevo enfoque, que rescate la identidad local con sus rasgos culturales propios. Al mismo tiempo, habrá que renovar los mecanismos de fomento y financiamiento que faciliten la conformación de redes empresariales y fortalezcan el tejido social en el plano territorial.
Como parte de este proceso, cabe destacar el fomento de las aglomeraciones industriales como formas de organizar la producción en un determinado territorio, en particular los distritos industriales, que, con sus rasgos de acción colectiva, posibilitan una mayor flexibilidad de la industria frente al fenómeno de la globalización.
En América Latina, las condiciones culturales y espaciales no son las más adecuadas para concretar aglomeraciones industriales del tipo distritos, al estilo europeo. No obstante, existe la posibilidad de inducir estos procesos, para lo cual se requiere la formulación de políticas públicas destinadas a la creación de redes empresariales y al fortalecimiento de las alianzas estratégicas entre el sector público y el privado. Sólo así será posible posicionarse en los mercados de un mundo conformado por bloques comerciales.
En los casos analizados en este estudio se observa que la ubicación de las aglomeraciones industriales y sus características obedecen a tres factores: la presencia de empresarios innovadores (los llamados pioneros);; el apoyo de centros tecnológicos o universidades con una fuerte relación de investigación y desarrollo con las empresas situadas en el territorio; y la mano de obra barata, principalmente en las aglomeraciones asiáticas y en la migración industrial hacia el nordeste de Brasil.