Descripción
Resumen A partir de la definición de segregación residencial socioeconómica como la ausencia o escasez relativa de mezcla socioeconómica en las subunidades territoriales de una ciudad, se elabora un procedimiento para cuantificarla de manera sintética mediante el análisis de la varianza. Al aplicar este procedimiento a diferentes escalas geográficas dentro de la ciudad (comunas, distritos, manzanas) se obtiene un indicador resumen de la segregación para cada escala, cuyo cotejo informa sobre la modalidad de la segregación. La aplicación de esta metodología en Santiago de Chile (usando información del censo de población y vivienda de 1992) muestra una ciudad segregada, hecho reflejado en que el factor territorial representa hasta un tercio de la varianza socioeconómica total; sin embargo, todavía hay cuotas importantes de mezcla socioeconómica dentro de sus subunidades territoriales. La aplicación del procedimiento usando el censo de población y vivienda de 1982 muestra un ligero descenso de la segregación residencial en el período 1992-1982, aunque el procedimiento no permite especificar los determinantes de esta tendencia. Pese a esta imagen de segregación moderada y más bien estable, el hecho de que el grueso de población de altos ingresos siga concentrándose en unas pocas comunas del Oriente de la capital y que los grupos socioeconómicos más desaventajados residan mayoritariamente en comunas periféricas constituye un desafío enorme, pues genera efectos perversos sobre el proceso de descentralización, y sobre las opciones de integración social en la ciudad, y sobre la calidad de vida y opciones de movilidad social de los pobres. Hay, entonces, un gran espacio para intervenciones destinadas a mitigar, al menos, el impacto adverso que la segregación tiene sobre los grupos más postergados de la población y que se expresa, por ejemplo, en limitaciones para acceder a redes y contactos, carencias de socialización, estigmatización y una oferta insuficiente de servicios entregados descentralizadamente.