Descripción
Resumen
El estudio analiza el impacto de las reformas del sector petrolero argentino iniciadas en los noventa, sobre las inversiones, la formación los precios y la competencia e intenta dar respuesta al interrogante acerca del grado en que se cumplieron las expectativas previas al proceso de privatización y desregulación.
En el primer capítulo se analiza la modalidad de privatización de YPF. Se concluye que es necesario considerar el conjunto de articulaciones entre las privatizaciones, el sistema financiero, la concentración de la propiedad a escala nacional y regional y el Plan de Convertibilidad y lo que ello ha significado para la sociedad Argentina y para la región. Ello es así debido a que, los pasos previos de la reestructuración de YPF a través del desglose de activos, la compra de Maxus y la operación de compra de YPF por parte de Repsol puede ser vista ex post como una gigantesca operación de concentración de poder cuasi monopólico no sólo en Argentina sino en toda la región. Por su parte el mecanismo de la convertibilidad permitió en una primera etapa la captación de una renta extraordinaria a través de precios elevados en divisas logrados por un proceso de aguda apreciación monetaria. Estos beneficios extraordinarios, fueron obtenidos de activos comprados a valor de costos hundidos y finalmente, tras el desenlace global de la convertibilidad, por medio de una masiva "expropiación" de los ahorristas pequeños y medianos, lo cual, de confirmarse la responsabilidad directa, indirecta, o encubierta del principal accionista de Repsol, el grupo BBVA, explicaría el elevado valor de adquisición de YPF, dado que dicho valor no respondía a los flujos internos esperables actualizados en un período razonable de tiempo, ni aún bajo la realidad de una extraordinaria rentabilidad basada en la disposición de activos y reservas que minimizaban el requerimiento de nuevas inversiones. Téngase en cuenta que la compra de YPF por parte de Repsol es equivalente al 58% de todas las inversiones españolas acumuladas en Argentina entre 1990 y 1998 y más de tres veces las implicadas en el sector de comunicaciones y supuso un 142 % del incremento del activo de Repsol basado en una abultada deuda bancaria.
En el capítulo 3, dedicado al análisis del upstream, se muestra que el proceso de inversiones de riesgo se ha deteriorado fuertemente tras la privatización y que las mayores
inversiones en desarrollo han obedecido al aumento de exportaciones basado en la explotación intensiva de áreas centrales. La relación reservas producción disminuyó en una década de 14 años a menos de 9 años en promedio y los pozos exploratorios son 20% menos que antes, incorporándose reservas en áreas maduras exploradas por YPF en el pasado.
Los precios se alinearon con los internacionales situándose en alrededor de 2 a 3 US$ bbl por debajo del valor del WTI tomado como marcador
En el capítulo 4 se analiza lo ocurrido en el downstream correspondiente al eslabón de la refinación. El análisis de las inversiones muestra que han sido inferiores aún a la débil expansión del mercado interno, a pesar de la extraordinaria rentabilidad lograda a través de una moneda apreciada en un negocio caracterizado por una baja participación de los costos operativos en el total de la estructura de costos. Sin embargo, dichas inversiones lograron una mejor adaptación a las cambiantes tendencias de la demanda caracterizadas por mayores requerimientos de gas oil y naftas limpias de mayor octanaje.
Los precios internos ex-refinería se situaron por encima de los de importación a valores CIF, con porcentajes de entre 20 y 40% superiores. El mercado continuó en altos niveles de concentración y más aún tras la adquisición de YPF por Repsol dado que esta empresa tenía las refinerías de EG3, mientras que el socio mayoritario de Refinor es YPF.
El otro eslabón del downstream, el mercado minorista, es analizado en el capítulo 5. Del análisis surge que el proceso de inversiones estuvo más orientado a la modernización de las unidades que a una significativa expansión cuantitativa. Las inversiones no han sido relevantes vis a vis el ingreso captado por los expendedores. El mercado tampoco se ha vuelto más competitivo, en especial tras la fusión Repsol -YPF. El índice de Herfindahl- Hirschman (IHH);, por ejemplo, ha arrojado valores superiores a los tres mil puntos y más para los principales combustibles. Los márgenes de los estacioneros resultan ser los más altos de la región tanto en valor absoluto como en porcentaje sobre el precio final y las barreras a la entrada son múltiples: equipos y tanques otorgados por las petroleras en comodato; plazos de exclusividad muy prolongados y ausencia de controles y sistemas de premios y castigos efectivos para garantizar la calidad y seguridad de los productos importados alternativos. Además la principal barrera a la entrada la constituye la ausencia de reglas confiables y estables tanto en el ámbito específico como en el ámbito macroeconómico.