Descripción
Reseña
Este documento fue preparado por Víctor Tokman, Consultor de la Unidad de Estudios Especiales de CEPAL, bajo el
componente de Macroeconomía, equidad y seguridad social, del proyecto CEPAL/GTZ: "Policy Strategies for Sustainable
Development in Latin America and the Caribbean: Promotion of a Socially Sustainable Economic Policy (GER/01/31);",
que contó con el el apoyo de la Deutsche Gesellschaft fur Zusammenarbeit (GTZ);. El autor agradece la colaboración de
E. Fajynzilber y E. Espíndola y los comentarios de A. Uthoff, D. Titelman, J. Weller todos ellos funcionarios de CEPAL.El
autor agradece la colaboración de E. Fajynzilber y E. Espíndola y los comentarios de A. Uthoff, D. Titelman, J. Weller
todos ellos funcionarios de CEPAL
Preparado como apoyo al documento "La protección social de cara al futuro: Acceso, financiamiento y solidaridad" presentado en el XXXI
Período de Sesiones de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe);, realizado entre los días 20 y 24 de marzo de
2006 en Montevideo, Uruguay.
Las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de exclusiva responsabilidad del autor y
pueden no coincidir con las de la Organización.
Resumen
La protección social se vincula estrechamente a la inserción laboral. El sistema más difundido de
protección social, el Estado Bienestar, incorpora en su diseño una situación de empleo pleno y
estable y un tipo de familia nuclear con separación de roles entre jefe de hogar proveedor de
ingresos a través del empleo y cónyuge a cargo del cuidado del hogar y de los hijos. Dicho diseño
originario de Europa, se trasladó en diferentes medidas a los países de América Latina y el Caribe.
Existe una estrecha interrelación entre protección y mercado de trabajo, por lo que resulta necesario
abordar ambas esferas conjuntamente para responder a los cambios permanentes.
En la primera sección se plantean los objetivos y el contenido de este trabajo destacando la
interrelación mercado de trabajo-protección social. En la segunda sección, se analiza la
incorporación imperfecta, o incluso muchas veces incompatible, del diseño de protección social
para países más desarrollados a América Latina. Se identifican las diferencias estructurales,
particularmente en los mercados de trabajo y la diversidad de situaciones entre países de la Región.
El resultado ha sido coberturas variables que, incluso en los países más avanzados de la Región,
están lejos de proporcionar protección social a toda la población.
En la tercera sección se analizan los nuevos riesgos que emergen asociados a las
transformaciones en el mercado de trabajo a partir de la globalización. Se destacan, por un lado, la
mayor inestabilidad e incertidumbre, la creciente vulnerabilidad al desempleo y a la inestabilidad
ocupacional y los cambios en la estructura del empleo que se derivan de los procesos de
privatización, terciarización, informatización y precarización. Por otro lado, se identifican los
cambios demográficos derivados de la transformación de las familias y la incorporación laboral de
la mujer y del avance en la transición demográfica y del envejecimiento de la población. Todos
ellos significan nuevos riesgos que se requiere abordar, o afectan a los riesgos existentes que hacen
necesario adaptar los diseños de protección social y laboral.
En la cuarta sección se estima la magnitud de los cambios identificados en la sección
anterior y su efecto sobre la cobertura de protección social. Dadas las limitaciones en la información
disponible, solo se refiere a pensiones. Se analiza la diversidad entre países de la Región, pero a
partir de la homogeneidad de los determinantes de cobertura y sus efectos diferenciados. Se
presenta también una estimación de la evolución en la cobertura de protección entre 1990 y 2002
para nueve países que cuentan con información, lo que permite además efectuar una estimación para
América Latina en su conjunto.
Por último, a partir del Pacto de Cohesión Social propuesto por la CEPAL en el 2004, se
profundiza el análisis de las políticas de empleo y protección social. Los cuatro pilares analizados
son el empleo, la protección social, las políticas de empleo y la responsabilidad fiscal. Se nutre de la
experiencia de países de mayor desarrollo, como Dinamarca, caracterizados por mercados de
trabajo organizados y la existencia de políticas laborales, activas y pasivas. La adecuación de las
mismas les permite asegurar consistencia entre flexibilidad del mercado de trabajo, seguridad de los
afectados y reinserción laboral temprana. Se adapta dicha "flexi-seguridad" a las características
estructurales de América Latina y el Caribe, y en particular, a la presencia de un amplio sector
informal que excede los análisis de mercados de trabajo organizados y requiere la incorporación
explícita de los excluidos. Por ello, se hace necesario incorporar dentro de cada pilar las políticas
para el sector informal y en particular, las de bienestar para los que allí laboran. La inclusión
productiva, laboral y social constituye un requisito para que las políticas puedan funcionar. La flexiseguridad
es necesaria, también para los países en desarrollo, pues el avance de la globalización
requiere mercados flexibles para competir y protección para los afectados en los ajustes. Pero debe
completarse en los países de la Región con la inclusión de aquellos que no tienen acceso no solo a
la protección social, sino que además carecen de una inserción productiva adecuada. Sin avanzar
simultáneamente sobre está última, los progresos en la primera solo podrán ser parciales. Son
necesarios, pero resultarán insuficientes.