Descripción
Resumen Tratados de Libre Comercio (TLC) por sí solos no ampliarán automáticamente el comercio exterior de Chile, por lo que el país tendrá que triunfar sobre las nuevas exigencias de competitividad de mercados más sofisticados. Es necesario tener en cuenta que, aunque los tratados suscritos con la Unión Europea y Estados Unidos facilitan la exportación, igualmente lo hacen en relación con el ingreso de productos importados. Esto obliga a la industria chilena, incluso a la productora para el mercado interno, a prepararse también para competir internamente con nuevos productos. Asimismo las empresas de Europa y Estados Unidos que se instalan en Chile vienen con nuevos estándares, con ventajas en la utilización de la tecnología; traen consigo un manejo moderno de las relaciones laborales y consideran a las personas como parte fundamental del desarrollo empresarial. Las empresas extranjeras están certificadas por auditorías internacionales y poseen sellos de calidad que no abundan en la industria chilena. Desde el punto de vista chileno, los efectos de los TLC con Estados Unidos y la Unión Europea en conjunto traen más beneficios inmediatos que ambos separadamente. El crecimiento del PIB es mayor que la simple suma de cada tratado, y el efecto adverso sobre el ahorro del gobierno y la inversión también es menor que la suma de las partes. Ambos tratados producirán un aumento del producto interno bruto (PIB) de 0,3%; una disminución de la inversión de 1,4%; un aumento de 3,1% en las exportaciones y un aumento superior a 3,6% en las importaciones. Contradictoriamente a lo esperado, habría una disminución del empleo de 0,2%.