Descripción
Por su magnitud y tasa de incremento, la desertificación y la degradación de las tierras, así como las sequías, ponen directamente en peligro la subsistencia de los grupos humanos que habitan en los territorios afectados y también a las poblaciones que dependen de los bienes y servicios allí producidos. La desertificación y la degradación de las tierras erosionan la biodiversidad y contribuyen a la pérdida de conocimientos ancestrales de los pueblos asentados en ellas y, además, inciden negativamente en los ingresos de los productores y el abastecimiento de alimentos a los centros urbanos. Por último, estos procesos son una o la principal causa de la emisión de gases de efecto invernadero. En 1994 la mayoría de los países del mundo suscribió la Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificación en los países afectados por sequía grave o desertificación, en particular en África. Esta convención ha provisto el marco para la implementación de los planes y programas nacionales de combate contra la desertificación y en ese contexto se han logrado, no sin dificultades, importantes avances en materia de definición y diseño de indicadores biofísicos para establecer una cota de referencia (benchmark);. También se han obtenido progresos destacables en cuanto a la movilización de recursos para apoyar los proyectos nacionales de lucha contra la desertificación y la degradación de las tierras. No obstante, no ha sido posible avanzar lo suficiente en lo que respecta a la medición de los costos de la inacción y de los efectos económicos de estos procesos. El propósito de este trabajo es contribuir a la valorización económica de los efectos de la desertificación y la degradación de las tierras, considerando también algunos escenarios alternativos de cambio climático.