Descripción
La mortalidad en los primeros años de vida es un indicador fundamental de las condiciones de vida de una comunidad, nación o pueblo, y su reducción es una prioridad de salud en todos los países del mundo.En este documento se presenta información sobre mortalidad infantil y en la niñez de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes de América Latina, a partir de datos de 13 países cuyos censos contienen información desagregada según condición étnica y de cuatro países donde se incorpora esta distinción en las encuestas de demografía y salud.A pesar del importante descenso que se ha logrado en los niveles de mortalidad en America Latina, los resultados de este estudio muestran una sistemática sobre-mortalidad de los menores indígenas respecto del resto de la población. Además se constata una situación de heterogeneidad en la intensidad de la mortalidad, según países. En el caso de la población afrodescendiente, para los seis países analizados, el patrón de la mortalidad es dispar: hay países donde existen importantes diferenciales, y otros donde las probabilidades de supervivencia no muestran diferencias entre afrodescendientes y el resto de la población.También la probabilidad de morir de menores indígenas varía según zona de residencia, y pueblos e incluso al interior de éstos; el riesgo mas bajo, se observa en menores que residen en las ciudades. No obstante, en algunos países la brecha entre indígena y no indígena se acentúa en los espacios urbanos. La tendencia en la mortalidad infantil y en la niñez en los pueblos indígenas (censos de las rondas de 1990 y 2000) muestra una disminución importante en éstos respecto del resto, aun cuando las brechas incluso se incrementan en las zonas rurales de varios países.En síntesis, el panorama de la mortalidad infantil y en la niñez que aquí se presenta es un elocuente indicador de la marginalidad y desmedro en las condiciones de vida de estos menores y constituye una violación fundamental de su derecho a la salud y a la vida, situación inaceptable a la luz de los acuerdos internacionales que los diversos países de América Latina han suscrito.Considerando lo anterior, existe la necesidad urgente de desarrollar estrategias de salud comprensivas y pertinentes, con la plena participación de los pueblos indígenas y afrodescendientes.Asimismo, se perfila como una prioridad mundial el reposicionar la salud desde un enfoque de determinantes sociales estructurales, promoviendo el efectivo cumplimiento de los derechos humanos individuales y colectivos de estos pueblos, eliminando la discriminación y redistribuyendo el poder político y económico en la búsqueda de un mundo más diverso y equitativo.