Descripción
La protección ante el desempleo en la región muestra dos características principales: instrumentos variados, muchas veces sobrepuestos y con escasa relación entre sí, y una eficacia parcial para asegurar beneficios que compensen la pérdida del salario y que apoyen la reinserción laboral de los cesantes.
Todos los casos analizados cuentan con indemnizaciones por despido, y muchos disponen de Cuentas de Ahorro Individual por Desempleo. Los Seguros de Desempleo en cambio, muestran una menor frecuencia en aquellos países que exhiben un ingreso por habitante igual o superior al de economías desarrolladas cuando estos sistemas fueron creados. En otras, están muy cerca de
implementarlos, bajo tal criterio.
La protección es incompleta pues no siempre asegura que un cesante dispondrá de beneficios monetarios (las indemnizaciones por despido se activan ante causales específicas); o cuando sí tiene el derecho, no existe garantía que los recursos sean suficientes para financiar la duración de la cesantía (cuentas de ahorro individual). Cuando existe un Seguro de Desempleo este objetivo, en general, logra ser mejor resguardado.
Además, tales instrumentos se aplican prácticamente al mismo segmento de asalariados formales privados, y al operar sobre bases contributivas sujetos a condiciones de elegibilidad, sus beneficiarios efectivos son solo una fracción de aquellos. Un contexto de alta rotación, con empleos de corta duración y transiciones hacia la inactividad o a empleos informales, debilita las posibilidades de obtener el derecho a las prestaciones; especialmente si son jóvenes o mujeres.
Si bien reformas recientes aplicadas, en curso o previstas para los próximos años constituyen avances objetivos, mejores diseños e integración entre instrumentos y con programas activos de mercados de trabajo fortalecidos, pueden arribar a mejores resultados. Del mismo modo que los nuevos estudios que analizan sus efectos ante la presencia de la informalidad, que concentra la mitad de los empleos en la región.