Descripción
La congestión de tránsito no es un fenómeno nuevo en las ciudades latinoamericanas, pero se ha agudizado en los años recientes. No conviene eliminarla sino reducirla. Para muchos economistas y planificadores del transporte, la tarificación vial por medios electrónicos representa la mejor alternativa, ya que hoy existe una tecnología adecuada para su implementación, pero la experiencia revela que debido a consideraciones de orden político, conviene más comenzar a enfrentar la congestión del tránsito urbano con medidas de control más sencillas. Como punto de partida en el corto plazo, una tarificación vial sencilla pareciera ser la alternativa más atractiva; por otra parte, las experiencias de Londres, durante más de 20 años, y de Santiago de Chile, por más de seis años, señalan la presencia de obstáculos sociopolíticos hacia la aplicación de esta opción. Hay más apoyo político para las medidas de control de estacionamientos, cuya explicación, en parte, reside en que las autoridades competentes carecen de facultades para restringir la cantidad de estacionamientos disponibles a automovilistas de ingresos elevados e influyentes, quienes contando con estacionamientos en las cercanías de sus oficinas, provocan gran parte de la congestión. En América Latina, la propensión al uso de los taxis también reduce la eficiencia de las medidas dirigidas a los estacionamientos, porque los taxis congestionan, pero no se estacionan.En suma, el problema de la congestión no se resuelve tomando medidas inocuas. El momento ha llegado para adoptar políticas más audaces; es decir, medidas que al menos ejerzan control sobre los estacionamientos que hasta ahora han quedado fuera del alcance de las autoridades y, preferentemente, adoptar sistemas sencillos de tarificación vial.