Descripción
Resumen El Tratado de Libre Comercio (TLC) de América del Norte ha despertado el interés de los gobiernos, académicos, empresarios y del público a nivel mundial. También ha sido motivo de polémicas y discusiones, con relación a los beneficios previstos y futuros. Existe una evaluación crítica y favorable realizada por fuentes no gubernamentales y una oficial que tiende por lo general a ser favorable. El desempeño del Tratado fue un argumento importante para no renovar las disposiciones relativas a la vía rápida (fast-track) cuando fueron sometidas a votación en el Congreso de los Estados Unidos en noviembre del año pasado. Para América Latina, reviste particular interés por incluir de un país de la región, que a la vez participa en la formación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Después de tres años de su entrada en vigor, los especialistas en la materia coinciden en que los beneficios prometidos durante la campaña a favor de su aprobación fueron algo exagerados. Como la economía de los Estados Unidos es mucho más grande que la de México, sus efectos sobre ella serían moderados. Además, las economías ya tenían un alto grado de integración antes de que empezara a aplicarse el Tratado. En lo que se refiere a México, las dificultades políticas y económicas que el país tuvo que enfrentar, precisamente al mismo tiempo que empezaba a ponerse en práctica el Tratado, amortiguaron los logros inmediatos. El efecto de la crisis también generó cierto escepticismo, sobre todo en Estados Unidos, respecto de los beneficios relacionados con la integración. Actualmente, lo que se plantea es más bien lo que habría ocurrido en estos tres años, de no haber existido el TLC. Por último, debe tenerse presente que gran parte de la desgravación arancelaria aún se encuentra pendiente, lo que implica que se trata de un proceso a largo plazo. Lo que más se destaca del Tratado es el dinamismo que ha generado y la gradual relocalización de la actividad productiva hacia la zona fronteriza. Desde su inicio se registró un aumento tanto en el número de plantas de maquila como en el empleo en esta zona. Se han registrado a la vez importantes incrementos de la inversión extranjera directa, especialmente de la procedente de los países asiáticos y en parte gracias a eso México ocupa el segundo lugar, después de China, entre los países en desarrollo beneficiarios de dicha inversión. Las cifras comerciales durante los últimos tres años no indican con claridad cuál es el país exportador o importador de un producto, debido a factores relacionados con la producción de maquila y al rol de las transnacionales. El Tratado introdujo mayor transparencia y aminoró el riesgo de la inversión, incrementándose el número de firmas estadounidenses que producen en México para el mercado interno y para exportación. Se han registrado aumentos en el comercio del sector automotor y de bienes textiles y del vestido con destino a los Estados Unidos. En el vestido, México ha logrado superar a China en cuanto a las tasas de crecimiento aunque eso no significa que el mercado esté asegurado, ya que desde que el Tratado entró en vigencia, en algunos casos la confección de los países centroamericanos ha sido preferida a la mexicana, si bien aquéllos no gozan de un nivel preferencial como el que otorga el TLC. En último término, el control de calidad, el diseño, el precio y la buena administración son factores más determinantes en cuanto a mantener y aumentar el acceso a los mercados, que los tratados comerciales por sí solos.