Descripción
Resumen Desde antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo en 1972, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha venido efectuando importantes contribuciones para apoyar los esfuerzos de los países de la región por alcanzar metas de desarrollo sostenible. Especial mención merece el documento El desarrollo sustentable: transformación productiva, equidad y medio ambiente", publicado en 1991. En lo que respecta específicamente al tema del agua, la energía y la biodiversidad, la CEPAL ha contribuido con una vasta cantidad de informes, promoción de encuentros, seminarios y apoyo a programas de capacitación e investigación. Los aportes de la CEPAL a la temática del desarrollo sostenible constituyen propuestas de articulación de aspectos sociales, económicos y ambientales, bajo el principio de que la compatibilización de estos tres objetivos es vital para alcanzar las metas implícitas en dicho concepto. En esta oportunidad se realiza una contribución concreta, tomando en cuenta el territorio donde debe generarse tal desarrollo sostenible. Como señala A. Gabaldón (1994), "la gestión de los recursos naturales difícilmente puede disociarse del contexto territorial. Los ecosistemas constituyen realidades físico-bióticas emplazadas sobre determinados espacios geográficos, cuyo equilibrio puede perturbarse por acciones producidas por el hombre y/o la propia naturaleza". Como también figura en los informes de la CEPAL, uno de los principales atributos del capital natural es estar localizado y ser localizable, a diferencia de las demás formas de capital (humano, financiero y físico), que pueden y deben prescindir de la localización. A pesar de todos los adelantos de la tecnología actual, y en especial en los campos de la comunicación y la informática, que atenúan la importancia del lugar, los ecosistemas establecen, por el carácter fijo de su territorialidad, condiciones de realidad físico-biótica ineludibles para la gestión ambiental. En el presente trabajo se ofrecen algunos aportes para mejorar la gestión ambiental a nivel territorial, haciendo contribuciones de carácter práctico para el diseño de estrategias. La gestión ambiental comprende una amplia gama de medidas que abarcan grandes zonas geográficas, de manera que es preferible que se base en sistemas descentralizados, con el objeto de incentivar la capacidad de gestión local necesaria para que las medidas perduren y puedan operacionalizarse. Las instituciones privadas y públicas que participan en este proceso deben articularse de manera clara y explícita, para que la ejecución de las políticas nacionales cuenten con el apoyo de toda la comunidad y se evite la incompatibilidad de tareas entre los distintos agentes de cada territorio de gestión"