Descripción
Presentación. A pesar de la expansión que ha ostentado la economía mundial en los últimos años, la situación en materia laboral continúa incierta, dado que aún se registra un alto porcentaje de la fuerza laboral sin empleo o en ocupaciones que no permiten salir de la pobreza. En América Latina y el Caribe, las tasas de crecimiento recientes -relativamente elevadas en la comparación histórica, aunque inferiores a otras regiones del mundo- han tenido un impacto favorable en la generación de empleo, la reducción del desempleo y la caída de la incidencia de la pobreza; sin embargo, también en nuestra región persisten graves problemas de desempleo, subempleo y precariedad, así como obstáculos para el acceso al empleo productivo de determinados sectores de la población, sobre todo los menos calificados, entre ellos los jóvenes y las mujeres.Es bien sabido que el crecimiento económico sostenido es necesario pero no suficiente para la generación de empleo de calidad y que, a su vez, este constituye la base material de una vida digna para la gran mayoría de la población y de la cohesión social de América Latina y el Caribe.Por una parte, el desempeño del mercado laboral obedece al crecimiento económico que, según sus características, altera la magnitud y la composición de la demanda laboral. No obstante, por otra parte, el trabajo debe considerarse un insumo para el proceso productivo, de manera que sus particularidades y la forma en que se inserta en este proceso inciden en sus características.Las características de ambos vínculos, entre el trabajo y el empleo, por un lado, y el proceso productivo y el crecimiento económico, por el otro, están determinadas en gran medida por la institucionalidad laboral, cuyo fin último es generar empleo de buena calidad. Con tal propósito, debe proseguir el doble objetivo de asegurar el funcionamiento eficiente del mercado laboral y la protección de los actores estructuralmente menos fuertes.Como todas las instituciones, las laborales son productos históricos, resultados de interacciones sociales, políticas, económicas y culturales en un espacio y un momento específicos. El cumplimiento de los objetivos citados depende, sobre todo, de la manera en que desarrollan respuestas a los retos planteados por un contexto económico, social, político y cultural concreto.Como se señala en el presente documento, los retos actuales provienen de economías abiertas y volátiles, que se diferencian profundamente de las pautas de crecimiento y desarrollo vigentes en la época de la posguerra. La elevada presión competitiva y los continuos cambios tecnológicos exigen que las economías de la región aumenten su capacidad de ajuste en muchas áreas, entre ellas la institucionalidad laboral. También deben contar con una estrategia de desarrollo a largo plazo que estimule la competitividad sistémica, para lo cual son esenciales la educación y la capacitación permanente de la fuerza laboral. Por otra parte, se debilitan los antiguos mecanismos de protección de los trabajadores -centrados en la estabilidad en los puestos de trabajo- y las viejas formas de mejorar la inserción laboral a lo largo del tiempo, basadas precisamente en la acumulación de antigüedad en un puesto de trabajo estable. De esa manera surge el reto de crear mecanismos para proteger a los trabajadores y favorecer trayectorias laborales ascendentes en el nuevo contexto laboral. Por ultimo, se debe fomentar la expansión de la cobertura de la institucionalidad laboral a fin de incluir a los grandes segmentos de la fuerza laboral que no gozan de sus beneficios ni cumplen con sus obligaciones.Con el apoyo del Gobierno de Dinamarca, la CEPAL ha realizado el estudio "Los mercados de trabajo, la protección de los trabajadores y el aprendizaje de por vida en una economía global: experiencias y perspectivas de América Latina y el Caribe", cuyo objeto ha sido contribuir al debate en los países de la región, para estimular la búsqueda de soluciones creativas a los problemas -tanto antiguos como nuevos- que enfrentan en el contexto actual.En este documento, que consta de nueve secciones, se presentan de manera sintética los principales resultados del estudio. Tras una breve sección introductoria, en la segunda sección se describen la situación y la evolución reciente de los mercados laborales de la región, en que se refleja el contexto macroeconómico favorable de los últimos anos, si bien persisten graves problemas para una gran proporción de la fuerza laboral. En la tercera sección se examinan las características de la institucionalidad laboral y en las tres secciones siguientes se resumen los cambios introducidos en las últimas décadas en sus tres pilares: la regulación del mercado laboral, la protección frente al desempleo y las políticas activas del mercado de trabajo. Se recalca que no hubo ningún enfoque único para perfeccionar esta institucionalidad en vista de los retos mencionados y que en las tres áreas persisten grandes deficiencias. En la séptima sección se hace referencia a un enfoque de institucionalidad laboral con el que, en un contexto muy diferente del de nuestra región, los países de la Unión Europea afrontan los retos surgidos en la fase actual del desarrollo económico mundial, la flexiguridad. En la octava sección se analizan los obstáculos con que tropezarán los países latinoamericanos y del Caribe para modificar su institucionalidad, tomando en cuenta las orientaciones básicas de la flexiguridad, y se formulan algunas propuestas para reformar las tres áreas de la institucionalidad laboral. En la última sección se exponen algunas consideraciones sobre aspectos estratégicos de un proceso de reformas negociadas para el perfeccionamiento de la institucionalidad laboral de los países de la región.Entre las conclusiones del estudio se destaca que, si bien los retos que enfrentan los países son similares, las soluciones han de ser variadas, según las características propias de cada país, a fin de alcanzar un consenso suficientemente amplio para darle legitimidad y, por ende, sostenibilidad social a la institucionalidad laboral. Con tal objeto, el diálogo social -aunque complejo y difícil, dado el trasfondo histórico de nuestros países- sigue siendo el instrumento mas idóneo. En vista de la experiencia histórica de la región, para que este diálogo sea fructífero se requiere un proceso de generación de respeto, reconocimiento y confianza mutuos. En consecuencia, si bien las reformas en las tres áreas de la institucionalidad laboral deben considerarse complementarias, es un procedimiento gradual el que promete mayores éxitos en términos de legitimidad y sostenibilidad social. Por último, cabe señalar que el debate sobre la institucionalidad laboral debe insertarse en un ámbito más amplio, para trazar una estrategia de desarrollo de los países de la región en cuyo marco se definan los objetivos en términos de generación de empleo y sus características. La institucionalidad laboral debe contribuir a los objetivos así definidos.Jose Luis Machinea Secretario EjecutivoComision Economica paraAmerica Latina y el Caribe (CEPAL)