Descripción
Presentación La competitividad de las empresas depende en medida significativa de sus capacidades para vincularse de manera eficiente con su entorno productivo e institucional. Mediante mecanismos de colaboración y cooperación con otras firmas, la empresas más pequeñas pueden alcanzar volúmenes de producción que justifican y facilitan la incorporaci6n de tecnologías mas productivas, acrecientan su capacidad de negociación con proveedores y clientes y aceleran sus procesos de aprendizaje. De la misma manera, el desarrollo de relaciones con proveedores especializados permite a las grandes empresas mejorar su flexibilidad, acceder a conocimientos específicos y reducir sus inventarios. La historia reciente de América Latina, caracterizada por crisis agudas, conflictos radicales y divisiones sociales profundas, ciertamente no ha contribuido a estimular el desarrollo de esos sistemas competitivos articulados y dinámicos. No obstante, en los últimos años se observa una nueva dinámica que se refleja en la multiplicacf6n de experiencias productivas locales orientadas al desarrollo de proyectos asociativos, en la generación de programas y políticas para la promoción de la articulación de las empresas y en la creciente importancia que conceden los investigadores a los fenómenos de las aglomeraciones productivas y las redes empresariales. Ahora bien, como se enfatiza en este libro, debe hacerse una distinción entre ventajas espontáneas generadas por la simple concentración espacial de empresas y ventajas que surgen de la acción colectiva de firmas e instituciones. Esta distinción es unas de las claves para interpretar las diferencias que existen entre los cuatro estudios de caso (dos en Brasil, uno en Chile y otro en México) analizados en esta obra. Estos estudios muestran la complejidad de los senderos de evolución de las relaciones entre empresas e instituciones y el grado de heterogeneidad alcanzado en su etapa de madurez.