Descripción
Los sistemas de pensiones en América Latina se han organizado
bajo esquemas contributivos tripartitos, con aportes de empleadores,
empleados y el Estado. Su cobertura ha sido segmentada y muy baja
porque un porcentaje significativo de su mercado de trabajo está
compuesto por sectores de subsistencia, con baja productividad y un
acceso precario e inestable a relaciones comerciales y financieras
(asociados a empleos precarios, niveles bajos de ingreso y alta incidencia
de la pobreza);. Como resultado, los sistemas contributivos excluyen a
una gran parte de los trabajadores y sus familiares de las prestaciones
contra los riesgos de invalidez, vejez y muerte, observándose grandes
diferencias de cobertura entre los sectores formales e informales. El
principal desafío hoy es el de lograr que los sistemas de pensiones
incluyan de manera eficiente el financiamiento solidario, para combinar
esquemas contributivos y no contributivos bajo la lógica de la seguridad
social.