Descripción
La estabilidad del desarrollo y financiamiento del sistema de
protección social, una de las prioridades de la política fiscal de
Chile en los últimos años, ha contribuido a reducir la pobreza
y la indigencia, especialmente a partir de la década de 1990. El
manejo de las cuentas fiscales ha sido prudente y se ha privilegiado
la mantención de los equilibrios y la eficiencia de la
gestión por encima de visiones de corto plazo. Aun así, la
pobreza sigue siendo una realidad y los pobres continúan expuestos
a drásticas reducciones de sus ingresos, lo que plantea
desafíos relacionados con la modernización de la política fiscal
y el desarrollo de un nuevo orden institucional del sistema
de protección social. Este trabajo analiza tales desafíos y la
relación entre los distintos papeles que ha desempeñado la política
fiscal chilena en los últimos años.