Descripción
Las fuertes crisis financieras internacionales que sacudieron a
las economías latinoamericanas en los años ochenta y noventa
sugieren que el sistema financiero internacional adolece de
serios defectos. En este artículo se examina una de las reformas
que se han puesto sobre el tapete en años recientes: el
fortalecimiento de la cooperación financiera regional. Se llega
a la conclusión de que un fondo latinoamericano que contara
con una porción modesta de las reservas de los países de la
región, reforzadas quizás con créditos contingentes de la banca
internacional, podría ser una línea de defensa eficaz contra las
crisis financieras ocasionadas por fugas de capitales y contribuir
a evitar la propagación por contagio de las crisis dentro de
la región. Un fondo de esta naturaleza podría también tener
otras funciones, como la de proveer financiamiento para enfrentar
problemas de balanza de pagos asociados a deterioros
temporarios de los términos del intercambio. Asimismo, un
fondo regional contribuiría a la armonización de las políticas
macroeconómicas de sus miembros, condición indispensable
para lograr una mayor estabilidad en los tipos de cambio bilaterales
y una efectiva integración regional. Un fondo regional
no sería un sustituto del Fondo Monetario Internacional, sino
que más bien lo complementaría.