Nota informativa
La mejora de la confianza del mercado y de los flujos de capitales hacia América Latina y el Caribe a lo largo de los primeros tres meses del año contribuyó para que el primer trimestre de 2016 terminara con una nota más optimista de lo que comenzó, con las nuevas emisiones de bonos alcanzando casi 14.000 millones de dólares en marzo, la mayor emisión mensual desde junio de 2014, según el reporte Flujos de Capital hacia América Latina y el Caribe: Primer Trimestre 2016, difundido por la Oficina en Washington de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
De acuerdo con este estudio, hubo un amplio repunte en activos de América Latina y el Caribe en marzo, pero su intensidad también fue un factor relevante en un inicio de año muy desafiante. Las principales amenazas de principio de año –tasas de interés más altas en Estados Unidos, mayores declives del precio del petróleo y una caída de la economía china- habían retrocedido para el final del trimestre.
El alivio monetario de grandes bancos centrales, un fortalecimiento de los precios de las materias primas y una creciente confianza de que la Reserva Federal de Estados Unidos no estaba planeando volver a subir las tasas de interés impulsaron las acciones y los bonos.
El documento resalta que el primer trimestre de 2016 fue por consiguiente una historia que tuvo dos partes. Las acciones latinoamericanas ganaron casi 19 por ciento en el primer trimestre, según el Índice MSCI América Latina, borrando en marzo gran parte del declive sostenido durante la liquidación de comienzos de año.
Las monedas también se recuperaron de mínimos recientes frente al dólar estadounidense. Los spreads de los bonos de América Latina y el Caribe se ajustaron en 32 puntos básicos en el primer trimestre de 2016, luego de una expansión de casi 100 puntos básicos en 2015. El informe refleja que, después de alcanzar su máximo nivel en enero, el dólar estadounidense se moderó frente a otras grandes monedas, respaldando el ajuste en los spreads.
La volatilidad intensificada del mercado en la etapa inicial del primer trimestre dificultó la emisión incluso para los emisores mejor calificados, pero una fuerte recuperación en marzo llevó a mejores condiciones de emisión. Mientras la nueva emisión de bonos alcanzó casi 14.000 millones de dólares ese mes, la emisión total de deuda de América Latina y el Caribe llegó a 29.760 millones de dólares en el primer trimestre de 2016, en comparación con los 30.540 millones de dólares en el mismo período de 2015, lo que representa una caída del 3 por ciento.
Pero fue una importante mejora con respecto a los 18.100 millones de dólares emitidos en toda la segunda mitad de 2015 (hubo una desaceleración considerable en la emisión de deuda de América Latina y el Caribe desde julio a diciembre de 2015 debido a que la volatilidad y los menores precios de las materias primas acecharon a la región). Para tener un panorama de las principales tendencias de 2015, vea Flujos de Capital hacia América Latina y el Caribe: Panorama 2015.
Rompiendo con las últimas tendencias, los bonos soberanos tuvieron la mayor participación de la emisión total (53%), mientras que los corporativos (47%) registraron su peor porción del total desde 2005, de acuerdo al documento Flujos de Capital hacia América Latina y el Caribe: Primer Trimestre de 2016.
El informe destaca que la emisión por parte de bancos y corporaciones en el primer trimestre de 2016 fue 16% más baja que en el primer trimestre de 2015 y 69% menor que en el mismo período de 2014. El incremento en la participación de bonos soberanos de la emisión total ocurrió a pesar de la preocupación sobre sus calificaciones crediticias. Hubo nueve acciones de calificación crediticia soberana negativas durante el primer trimestre y solamente dos acciones positivas.
A pesar de la mejora de la confianza a finales del trimestre, el clima externo sigue siendo desafiante. El estudio concluye que los precios del petróleo, la economía china, el impacto real de las tasas de interés negativas sobre el sistema europeo y, particularmente, la trayectoria futura de la política monetaria estadounidense siguen siendo interrogantes, y un incremento gradual de las tasas de interés de Estados Unidos podría quitarle el brillo a la reciente recuperación de los activos financieros en América Latina y el Caribe.