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Las empresas de América Latina y el Caribe podrían mejorar su inserción en el comercio global si miden su huella de carbono y adoptan acciones para reducirla en sus procesos productivos, señalaron este jueves 11 de diciembre representantes de la CEPAL durante un evento paralelo en el marco de la vigésima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 20), que se realiza en Lima, Perú.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó en la reunión los resultados de su proyecto sobre la huella de carbono y las exportaciones de alimentos de la región, en el cual participaron ocho países durante tres años (2012-2014).
El evento denominado Comercio y Cambio Climático: explorando una nueva agenda, organizado en conjunto por la CEPAL, el Gobierno de Honduras y el Centro Internacional para el Comercio y el Desarrollo Sostenible (ICTSD, según sus siglas en inglés), fue inaugurado por Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, y contó con la participación de José Antonio Galdames, Secretario de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minería de Honduras, Ricardo Meléndez-Ortiz, Jefe Ejecutivo del ICTSD, Ingrid Jegou, Gerente de Programa del ICTSD, y Gustavo Gandini, representante de Cooperativa BANELINO de Republica Dominicana.
“Hay un espacio importante para una agenda de negocios positiva frente al cambio climático”, indicó Alicia Bárcena. “En este contexto, en nuestra región las alianzas público-privadas son cruciales para la adopción de estrategias exportadoras nacionales que incluyan consideraciones ambientales”, agregó.
De acuerdo con los resultados del proyecto de la CEPAL, la cantidad de carbono incrustado en un producto –es decir, su huella de carbono- depende en gran medida de los métodos de producción y de procesamiento utilizados a lo largo de la cadena de suministro.
En América Latina este carbono incrustado deriva principalmente de factores como el uso y cambio de uso de la tierra -que da cuenta de 34% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la región-, así como de la captura y almacenamiento de carbono en las propias plantaciones. En tanto, el transporte marítimo representa solo una parte pequeña del total de emisiones.
Asimismo, dos productos idénticos pueden tener diferentes huellas de carbono dependiendo de dónde y cómo fueron cultivados, los métodos de procesamiento, embalaje y transporte, así como de los modos de consumo y disposición de sus residuos, todos los cuales afectan las emisiones de GEI. En cada eslabón de esta cadena las fuentes de emisión son distintas y las formas de mitigación también.
Según la CEPAL, esto abre oportunidades para que los formuladores de políticas en los países productores promuevan estrategias de producción y exportación sostenibles, al mismo tiempo que los mercados importadores desarrollan instrumentos para que los consumidores prefieran productos bajos en carbono.
En el evento expusieron también Keiji Inoue, de la División de Comercio Internacional e Integración de la CEPAL, y Alicia Frohmann, coordinadora del proyecto sobre la huella de carbono y las exportaciones de alimentos, de la misma división.
Más información:
Para consultas y la concertación de entrevistas, contactar a María Amparo Lasso, Jefa de la Unidad de Información Pública de la CEPAL.
Correos electrónicos: mariaamparo.lasso@cepal.org, prensa@cepal.org; teléfono: (56) 22210 2040.