Noticias
La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, afirmó hoy que impulsar una mayor inserción de la economía circular permitirá a la región avanzar hacia un estilo de desarrollo más sostenible, incluyente y bajo en carbono, durante un seminario virtual organizado por la CEPAL, la Presidencia de la COP25 y Euroclima+.
“La economía circular, al minimizar el ingreso de nuevos materiales y de energía, reduce la presión ambiental, las emisiones de contaminantes, especialmente las de gases de efecto invernadero, reduce las importaciones y permite el ahorro de divisas”, afirmó la máxima representante de la CEPAL.
Agregó que en la economía circular los residuos no son vistos como desecho sino como recursos, lo que es importante si se considera que, para alcanzar un desarrollo económico sostenible en todo el mundo hacia 2050, será necesario reducir un 90% el uso de materiales en los países industrializados.
El seminario Avances hacia una economía circular en América Latina y el Caribe: desafíos y oportunidades para lograr un estilo de desarrollo más sostenible y bajo en carbono, fue inaugurado por Alicia Bárcena y Felice Zaccheo, Jefe de Unidad de la Dirección General de Cooperación Internacional y Desarrollo de la Unión Europea. Participaron también representantes de gobierno y de organismos internacionales.
Durante su intervención, vía video grabado, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL subrayó la necesidad de avanzar hacia una senda que fomente el cambio estructural y que fortalezca los objetivos de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París. Por ello, dijo, se requieren programas muy fuertes de gasto público y de inversión tanto pública como privada.
Destacó que la fuerte inversión pública que están ejecutando los países para recuperar la economía, dinamizar la demanda y generar más empleo, debería estar focalizada en actividades más resilientes y bajas en carbono. Sin embargo, explicó, es muy superior el gasto en la recuperación marrón con relación a la verde en una proporción de 4 a 1.
“De los 51 mil millones de dólares que han gastado los países de la región clasificados como reactivación económica, solo 2,9% corresponden a iniciativas verdes. A nivel mundial el porcentaje de la reactivación que se destina a iniciativas verdes alcanza el 21%. Por lo tanto, la proporción es muy baja aún para poder realmente reorientar con estos paquetes hacia una senda sostenible”, precisó.
Alicia Bárcena puntualizó que América Latina y el Caribe genera casi 1 kilogramo diario de desechos per cápita, y que la cobertura de la recolección de residuos en la región es alta en comparación con la media mundial.
Precisó que, a nivel urbano, se recolectan cerca del 85% de los desechos, aunque los números varían de un país a otro. Esta cifra contrasta con la situación en las comunidades rurales, donde la cobertura de la recolección de residuos es de un 30% y hay más circularidad.
“Existe una situación compleja con el manejo de los residuos orgánicos. Cada segundo se pierde o desperdicia una cantidad equivalente a seis camiones de basura de alimentos comestibles en el mundo, es decir, un 30% de los alimentos que se producen anualmente para el consumo humano se desperdician. En América Latina y el Caribe, por su parte, cada año se pierde o desperdicia el 15% de los alimentos disponibles”, alertó la alta funcionaria de las Naciones Unidas.
Advirtió que, de 1950 a 2017, la producción mundial de plástico aumentó de 2 millones a 348 millones de toneladas anuales. Hacia 2050 se alcanzarán 1.124 millones de toneladas anuales, un volumen que representaría el 20% del consumo total de petróleo del mundo. En América Latina y el Caribe, en tanto, el plástico representa el 13% de todos los residuos y su mal manejo permite que se contamine el suelo y los mares de la región.
La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL detalló que en la región se recicla en promedio solo el 4% de los residuos sólidos urbanos, lo que contrasta con lo que ocurre en los países desarrollados, que es alrededor del 20%.
“La mayoría de las iniciativas que hay en la región están asociadas a la gestión tradicional de los residuos y deberían tener una visión más integral que permitiera abordar en mayor medida los aspectos y sectores que atañen a la economía circular. Un mecanismo para reforzar la economía circular son las leyes de Responsabilidad Extendida del Productor, que la extiende a la etapa posterior al consumo de un producto. Esto implica que los fabricantes e importadores se hagan cargo de recolectar sus productos al final de la vida útil”, explicó.
Finalmente, Alicia Bárcena destacó que, para poder avanzar en la región hacia una mayor inserción a una economía circular, es necesario modificar las políticas públicas, la regulación, los sistemas de gestión, las finanzas públicas, las inversiones, los sistemas de financiamiento y las capacidades en todos los países.
“Se deben abordar todas las etapas: la productiva, la del consumo y la de disposición final de los residuos. Si el sector de los residuos y el reciclaje de América Latina y el Caribe se desarrollara para que fuera un sector clave y tuviera una tasa de reciclaje de residuos municipales equivalente a la de Alemania, podría contribuir a la reactivación económica verde: se crearían casi 450.000 empleos estables y el PIB de la región aumentaría un 0,35%”, destacó.
“Estamos convencidos de que los beneficios de la economía circular no son solo económicos, sino también sociales y ambientales”, concluyó.