Discurso
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha publicado un informe en el que evalúa el desempeño y la contribución del Fondo Nacional sobre Cambio del Clima de Brasil como instrumento de la Política Nacional sobre Cambio del Clima (PNMC, según sus siglas en portugués), tomando en cuenta sus aspectos positivos, limitaciones y lecciones aprendidas.
En el documento, titulado Avaliação do Fundo Clima (disponible solo en portugués), se subraya que Brasil es uno de los pocos países del mundo que cuenta con un instrumento propio para el financiamiento de políticas sobre cambio climático.
“La necesidad de disponer de recursos para enfrentar el tema del cambio climático a nivel nacional es reconocida por el país”, resalta el texto elaborado en conjunto con el Instituto de Investigación Económica Aplicada de Brasil (Ipea) y la cooperación alemana (GIZ) como parte de un convenio entre la CEPAL y el Ministerio del Medio Ambiente de Brasil.
La PNMC fue instituida en 2009 por medio de la Ley 12.187. Entre los instrumentos específicos para enfrentar los desafíos del cambio climático, además del Plan Nacional sobre Cambio del Clima de 2008, se destacan nueve planes sectoriales y dos planes de acción contra la deforestación. El Fondo, en tanto, fue creado por la Ley 12.114, también de 2009, como fondo de naturaleza contable vinculado al Ministerio del Medio Ambiente.
El también llamado Fondo Clima no es un agente directo de mitigación y adaptación, sino que fue gestado como un mecanismo o instrumento para fortalecer acciones que promuevan una economía baja en carbono y que reduzcan el impacto del cambio climático en los ecosistemas y en las poblaciones más vulnerables, según se explica en el informe que evaluó el período 2011-2014.
Para ello cuenta con dos modalidades básicas: los recursos reembolsables (destinados a financiar acciones de mitigación y adaptación por medio de préstamos) y los no reembolsables.
Entre sus principales conclusiones, el informe señala que “el Fondo Clima cumple con su papel de instrumento de financiamiento de la PNMC, pero no es posible cuantificar su contribución efectiva a la mitigación del cambio climático y a la adaptación a sus efectos, debido a que no existen herramientas de monitoreo que permitan estimar los impactos de los proyectos financiados y/o gestionados por medio de esta herramienta”.
De acuerdo con la evaluación, el Fondo debería seguir dando apoyo a la estructuración y a la implantación de la PNMC y de sus instrumentos. El desafío más urgente, enfatiza, es la diversificación de sus fuentes de recursos. También recomienda seguir realizando evaluaciones externas periódicas para continuar monitoreando su progreso, generando aprendizajes y mejoras.
La metodología utilizada en este informe se basó en las evaluaciones de desempeño ambiental que realiza regularmente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en sus países miembros.
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