Nota informativa
Pese a los avances observados en la última década, las mujeres afrodescendientes en América Latina y el Caribe permanecen invisibilizadas como sujetos de políticas diferenciadas, padecen de la pobreza en niveles más altos que los del resto de la población, están subrepresentadas o ausentes en los procesos de toma de decisiones y ven más vulnerado su derecho, y el de sus comunidades, a vivir una vida libre de violencia, señala la CEPAL en el documento Mujeres afrodescendientes en América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad publicado recientemente.
El estudio, preparado por la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se estructura a partir de las tres dimensiones de la autonomía de las mujeres -económica, física y en la toma de decisiones- para ofrecer un panorama sobre las diversas desigualdades que experimentan las mujeres afrodescendientes de la región.
El texto busca aportar a la discusión sobre las políticas dirigidas a eliminar todas las formas de discriminación que les afectan. Se adopta una “perspectiva interseccional y de género” para visibilizar las brechas sociales, económicas, educativas y de salud, entre otras, que existen no solo frente a los hombres afrodescendientes, sino también frente a los hombres y mujeres no afrodescendientes.
El documento resalta especialmente el silencio estadístico que pesa sobre este grupo de la población: “El desarrollo de información estadística en cantidad y calidad sobre personas afrodescendientes en la región es una deuda de los Estados de América Latina y el Caribe que impide el avance de políticas públicas de igualdad, en particular las políticas de igualdad de género”.
Una estimación mínima, señala la CEPAL, realizada sobre la base de datos de la última ronda censal referentes a 16 países de América Latina, permite llegar a la cifra de 130 millones de personas afrodescendientes en la región hasta 2015.
Las múltiples desigualdades vividas históricamente por las mujeres afrodescendientes en América Latina y el Caribe forman parte de un complejo sistema de discriminación estructural legado por el pasado colonial esclavista, explica la Comisión en el estudio.
“El panorama regional sobre los efectos de la intersección de las distintas formas de discriminación evidencia que la mayoría de las mujeres afrodescendientes aún carece de los recursos socioeconómicos y de poder necesarios para el logro de la autonomía física, económica y en la toma de decisiones”, subraya.
Garantizar la autonomía de las mujeres afrodescendientes en estas tres dimensiones clave “puede simbolizar un gran avance en la vida de todas las mujeres de la región, ya que las afrodescendientes ocupan los más bajos niveles de la pirámide social y las consecuencias de estos progresos impactarán toda la estructura social de los países de América Latina y del Caribe”, concluye el texto.