Comunicado de prensa
Representantes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentaron el lunes 20 de noviembre la propuesta del organismo para aliviar la deuda de las naciones del Caribe que han sido golpeadas por la reciente temporada de huracanes, mediante el canje de instrumentos para la adaptación al cambio climático, durante una conferencia de alto nivel que se realizó en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
La Conferencia de donantes de CARICOM-ONU: “Construyendo una Comunidad más Resiliente al Clima” fue convocada por la Comunidad del Caribe (CARICOM), con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Su objetivo principal fue movilizar apoyo internacional hacia los países miembros que fueron devastados por los huracanes Irma y María en septiembre pasado. De manera especial, se buscó conseguir apoyo financiero y asistencia técnica.
La conferencia resaltó las vulnerabilidades de los pequeños estados insulares en desarrollo (SIDS, según sus siglas en inglés) de la CARICOM y entregó una oportunidad para que los países afectados compartieran su intención de conseguir transformarse en naciones resistentes al clima.
Jefes de Gobierno de la CARICOM, así como delegados de la Secretaría General de la agrupación y de otros organismos de las Naciones Unidas participaron en la reunión, junto con socios internacionales para el desarrollo que incluyeron a países, agencias, organizaciones no gubernamentales (ONGs), personalidades prominentes, representantes de entidades del sector privado y fundaciones.
La delegación de la CEPAL estuvo compuesta por la Directora de la Sede Subregional para el Caribe de la Comisión, Diane Quarless, y el Director de la División de Desarrollo Económico del organismo, Daniel Titelman.
Diane Quarless describió las acciones realizadas en los cinco países en donde la CEPAL ha puesto en marcha su metodología de evaluación de daños y pérdidas (conocida como DALA, por sus siglas en inglés): Anguila, Bahamas, Islas Vírgenes Británicas, San Martín y las Islas Turcos y Caicos.
Quarless señaló que los países más vulnerables ya están enfrentando los impactos del cambio climático. “Se estima que el 70% de las playas de la subregión están perdiendo su línea costera a una tasa entre un cuarto y nueve metros cada año. Esto es aún más grave si se considera que cerca del 70% de la población, de las viviendas y de la infraestructura del Caribe se sitúan en zonas costeras bajas”, añadió.
Quarless también enfatizó que la CEPAL ha desarrollado investigaciones sustantivas y se ha enfocado en las evaluaciones económicas de los desafíos que el cambio climático impone a las economías del Caribe a lo largo de un amplio rango de sectores, incluyendo la agricultura, agua potable, salud y turismo, y ha entregado un completo marco de referencia sustentado por información, parámetros y otras medidas que pueden ser utilizadas para realizar diálogos de política económica que respondan a estos desafíos en el mediano plazo.
Es por estas razones que la CEPAL ha estado abogando por la iniciativa de canje de la deuda para la adaptación al cambio climático, explicó. “Esta es nuestra contribución para enfrentar de inmediato el problema de la gigantesca deuda de las economías del Caribe y su necesidad de generar los recursos necesarios para financiar la construcción de medidas de resiliencia”, enfatizó Diane Quarless.
La iniciativa de canje de deuda, que fue lanzada originalmente hacia fines de 2015, y presentada por primera vez en la Mesa Redonda para el Desarrollo del Caribe realizada por la CEPAL en Saint Kitts y Nevis a comienzos de 2016, es una estrategia innovadora que implica aprovechar los flujos concesionales para transformar a la deuda de la región en una fuente de inversión en resiliencia, y al mismo tiempo re-energizar el crecimiento y promover la transformación de las economías de la subregión a través de la inversión en proyectos de adaptación e industrias verdes.
El Grupo de Trabajo sobre el Canje de Deuda sostuvo su reunión inaugural en Puerto España, Trinidad y Tabago, el pasado 24 de noviembre de 2017. El encuentro fue una instancia de profunda discusión entre los miembros de instituciones clave del Caribe, como el Secretariado de la CARICOM, la Organización de Estados del Caribe Oriental, el Fondo de Desarrollo de la CARICOM, el Banco Central del Caribe Oriental, y representantes de instituciones nacionales, como el Instituto de Planificación de Jamaica.
La propuesta de la CEPAL está basada en la creación de un Fondo de Resiliencia del Caribe (CRF) el cual podría proveer de financiamiento para la inversión en resiliencia climática, crecimiento verde y transformación estructural de las economías de la región.
Según cifras de la CEPAL, el peso de la deuda total del Caribe escaló hasta los 52.000 millones de dólares en 2015, lo que representa más del 70% del producto interno bruto (PIB) subregional. Esta deuda tiene sus raíces en choques externos, pero ha sido potenciada por las inherentes debilidades y vulnerabilidades estructurales de los países, y particularmente por los eventos climáticos extremos. La acumulación de deuda ha sido causada por los mayores gastos que han debido incurrir los gobiernos para enfrentar los impactos de estos eventos extremos y las dificultades generadas a partir del cambio climático, dado que la mayoría de los países del Caribe están ubicados en el cinturón de huracanes y son además propensos a sufrir terremotos y otros peligros.
Los participantes en la reunión del 24 de noviembre en Trinidad y Tabago solicitaron aclaraciones con respecto a la mecánica sobre la cual funcionaría la propuesta de canje de deuda, examinaron con detención su posible impacto en varios de los involucrados, y exploraron la factibilidad de alcanzar una mayor diversificación económica con exportaciones competitivas que generen intercambios con el exterior y estimulen el crecimiento de la economía. Se prestó especial atención a la necesidad de desarrollar un portafolio de proyectos verdes y estrategias que permitan capitalizar al Fondo de Resiliencia del Caribe, el cual debería actuar como fuente de financiamiento.
También se debatieron los desafíos que presenta el combate a la deuda doméstica. Los participantes destacaron que debería ser más beneficioso enfocarse en primer lugar en la deuda multilateral, debido a que sería más difícil asegurar reducciones en la deuda por parte de los acreedores privados. Se acordó que el lanzamiento de este ambicioso proyecto sea apoyado por una agresiva estrategia de promoción, para hacer públicas las ventajas de esta iniciativa de canje de deuda.