Nota informativa
“La actuales crisis sanitaria y climática son el resultado de un modelo de desarrollo insostenible. Ambas son males públicos globales. Surgen del abuso de la naturaleza y requieren de una acción colectiva y simultánea, y de la cooperación internacional”, subrayó hoy Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante una conferencia magistral virtual organizada por el Departamento de Desarrollo Internacional de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
El actual modelo de desarrollo, explicó Bárcena, está asociado, entre otras cosas, a una tasa declinante de crecimiento de la producción y del comercio, así como al desacople del sistema financiero; a una elevada desigualdad y la persistencia de la cultura del privilegio; a grandes externalidades negativas, como las emisiones de carbono; y a vulnerabilidades sistémicas que han sido evidenciadas por la pandemia del COVID-19.
En este marco, “la respuesta a la pandemia es una oportunidad para avanzar hacia un gran impulso para la sostenibilidad”, reafirmó la máxima autoridad de la CEPAL durante su presentación titulada “La emergencia climática en América Latina y el Caribe: amenazas y oportunidades para el desarrollo sostenible”, que contó con palabras introductorias de Diego Sánchez Ancochea, Jefe del Departamento de Desarrollo Internacional de la Universidad de Oxford, y Laura Rival, de la misma casa de estudios.
Sánchez-Ancochea destacó el importante papel que la CEPAL viene cumpliendo en el debate teórico y de políticas en los temas del desarrollo, y las contribuciones recientes de la organismo regional de las Naciones Unidas al estudio de los temas de desigualdad y del medio ambiente.
Durante su presentación, la Secretaria Ejecutiva compartió algunas de las propuestas de la CEPAL contenidas en el último documento de posición de la institución: Construir un nuevo futuro: una recuperación transformadora con igualdad.
Dicho documento presenta el modelo de tres brechas que ofrece una perspectiva analítica que integra los temas de igualdad, del medio ambiente y del cierre de brechas productivas y tecnológicas. Con base en esta perspectiva, se estima que América Latina y el Caribe debe crecer a una tasa de por lo menos 4% al año y realizar una fuerte redistribución del ingreso (de hasta 3% del PIB anual) para eliminar la pobreza hacia 2030. El trabajo también plantea que si la región transita hacia las energías renovables puede reducir el 30% de sus emisiones y crear cerca de 7 millones más de empleos.
La CEPAL, especificó Bárcena, propone concentrar la atención en siete sectores que pueden conducir el gran impulso por la sostenibilidad. Estos se vinculan a una nueva matriz energética, la electromovilidad urbana, la revolución digital, la industria manufacturera de la salud, la bioeconomía, la economía circular y el turismo sostenible. Se rescata así la tradición de un impulso para el desarrollo, sobre la base de la construcción de un Estado de bienestar, de la protección de la naturaleza y la construcción de capacidades para un cambio estructural sostenible.
La alta representante también reiteró las propuestas de la CEPAL para conectar la emergencia con la recuperación pospandemia, entre ellas, la producción y distribución conjunta de vacunas contra el COVID-19; la extensión del ingreso básico de emergencia para la población en situación de pobreza; la ampliación de los plazos y períodos de gracia de los créditos otorgados a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes); la creación de una canasta básica digital; la implementación de políticas fiscales y monetarias expansivas; el desarrollo de planes de recuperación basados en la inversión, la creación de empleo y la sostenibilidad ambiental; y la construcción de pactos políticos para alcanzar regímenes universales de salud y protección social.
La integración regional y el apoyo internacional sobre bases multilaterales deben ser parte de la respuesta para superar la crisis y cambiar el estilo de desarrollo, dijo Bárcena. Es necesario contar con la solidaridad internacional para aliviar la deuda en el Caribe y el pago de intereses en Centroamérica, para lo cual existen proyectos concretos, enfatizó, como el Fondo para Aliviar la Economía COVID-19 (Fund to Alleviate COVID-19 Economics – FACE), propuesto por el Gobierno de Costa Rica, y el fondo de resiliencia para financiar la adaptación en el Caribe promovido por la CEPAL. “La adaptación puede producir importantes beneficios, pero sigue faltando financiamiento”, apuntó.
América Latina y el Caribe, enfatizó la Secretaria Ejecutiva, está entre las regiones que menos contribuyen a las emisiones globales causantes del cambio climático. Sin embargo, la región, y en particular el Caribe y Centroamérica, están entre los más afectados por este fenómeno.
“Necesitamos construir un nuevo modelo de desarrollo, alineado con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Debemos avanzar hacia un Estado de bienestar. Al menos nuestra región no puede enfrentar otra crisis con los niveles de fragmentación existentes en materia de seguridad social y servicios de salud. Esto requiere cambiar la conversación entre el Estado, el mercado y la sociedad. Tenemos que recuperar la política, la participación política. Necesitamos instituciones y coaliciones capaces de formular e implementar políticas a nivel global, regional, nacional y local”, concluyó.