Nota informativa
La súbita y prolongada acción del COVID-19 sobre la salud, las condiciones de vida y la economía del mundo, entre otros, ha sido hasta ahora de una gran magnitud. La acción del COVID-19 ha generado una crisis que reconoce escasos antecedentes históricos. Puede decirse, de manera introductoria a este estudio, que existen algunas diferencias entre la crisis provocada por el COVID-19 y las anteriores. Más allá de los distintos orígenes de las crisis económicas, se trata, al menos, de cuatro diferencias principales:
a) la preexistencia de condiciones adversas: la actual crisis se ha producido en un contexto de debilitamiento del comercio global que se venía arrastrando desde hace más de una década: al paso que el volumen del comercio de bienes se había expandido a una tasa del 6,2% anual de 1990 a 2007, el ritmo de crecimiento de 2012 a 2019 fue de 2,3% al año. Al menos en ALC, los efectos económicos de la crisis de 2008-2009 nunca se resolvieron por completo y, por lo tanto, el COVID-19 golpeó con más fuerza porque actuó sobre un cuerpo relativamente débil;
b) el alcance de los efectos: se trata de una crisis global, que afecta al 90% de las economías mundiales, mientras que otras crisis anteriores fueron más “regionales”; como ejemplo de ello, CEPAL ha estimado que más del 90% de los países alrededor del mundo sufrirán este año una reducción de su PIB por habitante.
c) la velocidad del impacto: la crisis de 2008-2009 se inició a mediados de 2008, y sus peores efectos llegaron varios meses después, mientras que la crisis de 2020 comenzó y conmocionó fuertemente en un periodo de entre dos o tres meses; y
d) su intensidad: los efectos sobre el crecimiento económico y el comercio reconocen pocos precedentes históricos; el Banco Mundial (2020) ha mencionado que se tratará para el mundo del mayor declive del comercio internacional desde la Segunda Guerra Mundial, y que para América Latina se trata de la mayor pérdida relativa de producto bruto interno desde 1901 en adelante, entre otros ejemplos. Según proyecciones de la CEPAL (2020), la contracción del PIB en la región estará en el orden de 9,1% en 2020.
De manera similar, el comercio internacional y los tráficos logísticos aéreos y marítimos, en todo el mundo, han tenido notorios efectos. Ha habido cierres generalizados de fronteras y se ha interrumpido parte importante de las actividades productivas –inicialmente en Asia y enseguida en Europa, América del Norte y el resto del mundo. La reducida demanda de bienes y servicios ha dado lugar a un marcado aumento del desempleo y de la vulnerabilidad social.
El presente Boletín Marítimo y Logístico se pone a disposición de los lectores para recoger sus comentarios y elementos que nos permitan perfeccionar la versión final del mismo. Por favor dirigir todos los comentarios a fabio.weikert@un.org cc logisticsandinfrastructure@un.org