Comunicado de prensa
04 de septiembre, 2024.-La Comisión Económica Para América Latina y el Caribe realizó un estudio que revela cómo ha evolucionado la economía en Centroamérica, República Dominicana, Haití y México durante los últimos 32 años. El informe se enfoca en el “producto potencial”, que básicamente es la capacidad máxima de crecimiento económico que puede alcanzar un país utilizando plenamente los factores productivos en un período determinado sin generar presiones inflacionarias.
Los resultados muestran que el producto potencial ha venido disminuyendo con el tiempo, y aunque estos países están cerca geográficamente y tienen un modelo económico parecido (enfocado en exportaciones), sus economías no han crecido de manera uniforme.
Entre los hallazgos más relevantes, se destaca que el PIB potencial promedio durante el periodo de análisis es el siguiente:
- Costa Rica: 4,1% - 4,2%
- El Salvador: 2,3% - 2,4%
- Guatemala: 3,6% - 3,7%
- Haití: 0,8% - 1%
- Honduras: 3,5% - 3,6%
- Nicaragua: 3,2% - 3,3%
- Panamá: 5% - 5,5%
- República Dominicana: 4,9% - 5%
- México: 2% - 2,2%
El documento “Estimación del producto potencial y la productividad total de los factores en los países de Centroamérica, Haití, México y la República Dominicana” destaca que la mayoría de estos países son más intensivo en el uso de la mano de obra que del capital. Sin embargo, la productividad total ha sido un poco decepcionante, e incluso negativa en algunos casos, lo que ha frenado su crecimiento económico.
Las crisis internacionales, como la financiera de 2008-2010 y la pandemia del SARS-CoV-2, dejaron huella y aunque en algunos casos estos países han logrado recuperarse a corto plazo, no han vuelto al nivel de crecimiento que tenían antes de estas crisis. Esto se refleja en la brecha cada vez más grande entre el PIB real y el producto potencial, lo que indica que no están aprovechando al máximo su capacidad instalada y la fuerza de trabajo.
El estudio sugiere que estos países necesitan adoptar políticas que fortalezcan su economía a largo plazo. Esto incluye mejorar la calidad de la educación y la capacitación laboral, invertir más en tecnología e innovación, y asegurarse de que las inversiones productivas sean de alta calidad. Con estas medidas, podrían lograr un crecimiento económico más fuerte, sostenible y justo para todos.