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Es necesario transitar hacia una sociedad del cuidado en la que se cuide a las personas y al planeta, coincidieron especialistas

2 de marzo de 2022|Nota informativa

Especialistas en cuidados de toda la región, junto al equipo de la División de Asuntos de Género y de otras agencias de Naciones Unidas intercambiaron reflexiones y propuestas en la reunión “Hacia la Sociedad del Cuidado en América Latina y el Caribe”.

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Encuentro de especialistas
Encuentro de especialistas

La división sexual del trabajo y la injusta organización social del cuidado refuerzan los otros nudos estructurales de la desigualdad de género en la región y generan condiciones desfavorables para las mujeres, que están sobrerrepresentadas en los grupos de ingresos más bajos y con mayores niveles de exclusión del mercado laboral. Además de la precarización de las condiciones de vida de las mujeres, la pandemia del COVID-19 ha evidenciado la centralidad que los cuidados tienen en el funcionamiento de las economías y las sociedades, a la vez que ha puesto de manera irrefutable lo insostenible e injusto de su actual organización. Por ello es necesario transitar hacia una sociedad del cuidado en la que se cuide a las personas, a quienes cuidan y también se considere el intercuidado, el autocuidado y el cuidado del planeta.

Estas afirmaciones fueron compartidas en la Reunión de Especialistas “Hacia la Sociedad del Cuidado en América Latina y el Caribe”, realizada el 17 de noviembre de 2021 en formato virtual. Se trata de la segunda reunión de una serie en la que especialistas en cuidados intercambiaron conceptos en torno la sociedad del cuidado y profundizaron el debate sobre los elementos centrales de las políticas de cuidado, así como los desafíos y oportunidades que presenta la implementación en la región de sistemas integrales de cuidado tendientes a la igualdad de género y a la corresponsabilidad.

La reunión permitió delinear qué es la sociedad del cuidado, su dimensión colectiva, la interdependencia que implica, la corresponsabilidad social y de género, la sustentabilidad y la solidaridad en el financimiento del cuidado. Las exposiciones de las especialistas plantearon, también, el vínculo entre el cuidado de las personas y el cuidado del planeta; dimensiones que no pueden pensarse en forma separada sino intervinculadas.

La crisis social, económica y sanitaria ocasionada por la pandemia del COVID-19 junto con la crisis climática han puesto en evidencia la imperiosa necesidad de transformar las relaciones sociales y de la sociedad con la naturaleza hacia paradigmas centrados en las nociones de interdependencia, cuidados y sostenibilidad. Esta confluencia, precisaron las especialistas, constituye una oportunidad para cambiar el estilo de desarrollo dominante basado en el extractivismo y la explotación de la vida. Este estilo, además de invisibilizar la relevancia del trabajo de cuidados en la provisión de bienestar social, también invisibiliza la importancia de conservar el medio ambiente, ubicando ambas esferas en un lugar secundario o, como subsidiario a las actividades económicas consideradas como principales. Sin embargo, ambas esferas producen valor en la forma de bienes públicos en diferentes escalas (nacionales, regionales, globales) y su realización es esencial tanto para la sostenibilidad de la vida como para el propio funcionamiento del mercado.

La conversación se inició a partir de comentarios al documento “Riesgo o cuidado”, de Joan Tronto, académica del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Minnesota. Teniendo en cuenta la crisis que ha provocado la pandemia del COVID-19, la académica señaló la necesidad de transversalizar no sólo la perspectiva de género, sino también el tema del cuidado en el conjunto de las políticas públicas. Ninguna política pública debería ser discutida o adoptada sin considerar las implicancias del cuidado, sostuvo. Esta sesión también contó con las presentaciones de María Ángeles Durán, consultora y académica del Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, y de Julio Bango y Patricia Cossani, consultores de ONU Mujeres.

A partir de las presentaciones y reflexiones, las y los especialistas profundizaron sobre el alcance de sociedad del cuidado, de un sistema de protección social universal y de bienestar, y cómo pensar más allá de la lógica capitalista y neoliberal.

El carácter relacional del cuidado fue uno de los conceptos clave de la reunión. No sólo porque es colectivo y se basa en la interdependencia, sino también porque a partir de sus necesidades y capacidades los seres humanos construyen sociedades donde pueden recibir cuidado y dar cuidado, porque son capaces de hacerlo.

La importancia de considerar el cuidado desde la perspectiva de los derechos humanos permite que no esté atado a la legislación civil y que el Estado deba garantizarlo, agregaron. Incorporar este enfoque en sistemas de cuidados implica, también, incorporar a las cuidadoras, a las personas que cuidan, como parte de la población objetivo de estas políticas. Los mecanismos de Estado para el avance de las mujeres deben ser parte de la institucionalidad de los sistemas de cuidado y tener un rol protagónico en el diseño e implementación de la política para asegurar en toda etapa la perspectiva de género.

Las reflexiones y aportes de profesionales de la División de Asuntos de Género también hicieron referencia a qué principios de la política pública permiten transitar hacia la sociedad del cuidado, y cómo convertir una necesidad de cuidado en una demanda de cuidado. Un sistema integral de cuidados requiere avanzar desde el Estado, más allá de la implementación de servicios, en políticas regulatorias, de formación, en conjunto con la corresponsabilidad de hombres y mujeres, agregó Lucía Scuro, Oficial de Asuntos Sociales.

Los sistemas de cuidad requieren, también, sostenibilidad financiera. Y deben incorporar dimensiones como la salud física y mental de las mujeres cuidadoras, especialmente considerando el impacto que la pandemia puede haber ocasionado en la sobrecarga y exigencias en términos de responsabilidades familiares para las mujeres. En ese sentido, se expuso que para transformar el actual modelo de desarrollo excluyente es preciso dejar atrás la idea de que la ganancia económica es lo único relevante. Además de considerar cuánto cuesta el cuidado en términos monetarios, la política pública debe plantearse cuánto les cuesta a las mujeres en términos de su propio bienestar y del recurso tiempo.

La medición del uso del tiempo fue entonces otro de los temas clave que se plantearon en la reunión.  Incorporar indicadores de género en las mediciones de la calidad de los servicios es fundamental para transformar la visión sobre la organización social de los cuidados.

El cierre de la reunión estuvo a cargo de Ana Güezmes García, Directora de la División de Asuntos de Género de la CEPAL, quien planteó el horizonte hacia un estilo de desarrollo que ponga en el centro los cuidados y la sostenibilidad de la vida. “Se requiere avanzar en políticas públicas y en sistemas integrales de cuidado que sean transformadores desde la perspectiva de la igualdad de género, articulados con la dimensión de sostenibilidad de la vida en el centro”, expresó.

Esta reunión de especialistas, así como las próximas que se realizarán a lo largo del año, forman parte de reflexiones y debates de cara a la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se llevará a cabo la primera semana de noviembre en la Argentina y cuyo tema será “La sociedad del cuidado: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género”.

Enlaces a los documentos presentados y/o comentados

¿Riesgo o Cuidado?”  de Joan Tronto, a modo de insumo para el intercambio.

Hacia la sociedad del cuidado: los aportes de la Agenda Regional de Género en el marco del Desarrollo Sostenible” , elaborado por la CEPAL.

Hacia la construcción de Sistemas Integrales de Cuidados en América Latina y el Caribe. Elementos para su implementación”, estudio elaborado conjuntamente por la Oficina Regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres y CEPAL.