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El seminario “Experiencias comparadas de reformas de los sistemas de salud en América Latina” se realizó en el marco de la asistencia técnica que la CEPAL está proporcionando al Ministerio de Salud de Chile en materia de la reforma al sistema de salud actualmente en discusión. El evento tuvo como objetivo conocer y debatir acerca de los principales objetivos de las reformas realizadas a los sistemas de salud en América Latina, con particular atención a los casos de Brasil, Costa Rica, México, Uruguay y Chile. Junto con autoridades y especialistas se reflexionó en torno a los principales desafíos enfrentados en las diversas etapas de la implementación de las reformas y se destacaron los aprendizajes centrales de dichos procesos, entre los cuales se mencionaron los siguientes.
En primer lugar, el contexto histórico en el que se desarrolla el debate sobre las reformas a los sistemas de salud es relevante. Durante las últimas décadas, los sistemas de salud de los países de la región han debido operar con déficits estructurales que han limitado su potencial impacto sobre la salud y el bienestar de la población, por ejemplo, a través de la persistencia de diversos obstáculos para acceder a la atención médica. Durante la pandemia, estas barreras no solo quedaron al descubierto, sino que además se intensificaron, generando millones de muertes y postergando múltiples diagnósticos y tratamientos oportunos, cuyo impacto real aún no es posible medir.
En segundo lugar, el proceso de diseño y la economía política de la reforma son fundamentales. Entre los elementos centrales para la viabilidad política de este tipo de reformas pueden mencionarse la redacción de una nueva Constitución o diagnósticos consensuados respecto a los sistemas de salud y la necesidad de modificarlos.
En tercer lugar, se destacó el desafío de garantizar la sostenibilidad financiera del sistema de salud. Los cambios asociados a las reformas, ya sea en términos de ampliación de la cobertura poblacional o de prestaciones, respecto a la fuente de financiamiento o la gestión de los recursos, requieren la discusión y consideración de un modelo de financiamiento que asegure la disponibilidad de los recursos necesarios a lo largo del tiempo de forma que, tal como lo plantea la OMS, se garantice a toda la población el acceso a la salud sin que ello implique el empobrecimiento de los hogares.
En cuarto lugar, al considerar sistemas de salud universales, integrales y sostenibles, es clave la centralidad de la atención primaria de la salud en el diseño de las reformas. Una estrategia en esta línea debe incorporar los determinantes sociales de la salud de manera transversal y traducirse en acciones intersectoriales cuyo foco sean las necesidades de las personas, sus familias y comunidades, considerando un enfoque universal sensible a las diferencias. Esto último implica asegurar el acceso la salud a poblaciones que históricamente han experimentado barreras, tales como las personas en situación de pobreza, las personas con discapacidad, las personas migrantes y los pueblos indígenas, entre otros.
Tal como lo ha señalado la CEPAL, es urgente reformar los sistemas de salud de los países de América Latina y el Caribe, consolidando sistemas con cobertura y acceso efectivo universal, es decir, donde las barreras de acceso hayan sido superadas y todas las personas tengan garantizado su derecho a la salud en igualdad de condiciones. Para que los países de la región puedan implementar reformas o cambios que permitan avanzar hacia sistemas de salud universales, integrales y sostenibles, es fundamental consolidar pactos sociales en los que los derechos y la igualdad ocupen un lugar central, y que estos vayan de la mano de pactos fiscales que les otorguen sostenibilidad financiera y permitan avanzar hacia verdaderos Estados de bienestar. De esta manera, es fundamental aprovechar la ventana de oportunidad que la pandemia nos brinda para garantizar el derecho a la salud a todas las personas, sin dejar a nadie atrás.