Anuncio
Discurso de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, en la inauguración de la XVI Reunión del Consejo Regional de Planificación del ILPES
12 de octubre de 2017
Hotel Hilton Miraflores
Lima, Perú
Señora Mercedes Aráoz Fernández, Presidenta del Consejo de Ministros del Perú,
Señoras ministras, señores ministros de los Estados miembros de la CEPAL,
Señoras y señoras Viceministros y representantes de los países,
Señoras y señores representantes de los organismos del sistema de las Naciones Unidas,
Distinguidas y distinguidos panelistas e invitados,
Señoras y señores delegados de las organizaciones internacionales,
Autoridades nacionales,
Representantes de organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil presentes,
Queridas y queridos colegas de la CEPAL y compañeros del ILPES, querida Cielo Morales,
Quiero comenzar agradeciendo al Gobierno de Perú por acoger esta importante reunión en la se analizarán los desafíos, las experiencias y las perspectivas de la planificación para el desarrollo en la región y su rol en la implementación y el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Agradezco a todas las autoridades que han respondido a esta convocatoria en momentos en que nuestra región, particularmente el Caribe y México, ha sido golpeada, azotada, por huracanes y terremotos. Como CEPAL hemos puesto a todo nuestro equipo humano a disposición para valorar las pérdidas que han sufrido los países del Caribe y México y estaremos dispuestos a apoyar en todos los ámbitos en los que nos soliciten.
Nuestro mundo está viviendo momentos muy complejos marcados por una nueva política económica que pone en riesgo consensos globales, tales como los Acuerdos de París sobre Cambio Climático, la Agenda de Acción de Addis Abeba, el Marco de Acción de Senday, el SAMOA Pathway, el Pacto Global sobre migración y con ello, la posibilidad de tener una economía con base en la cooperación multilateral.
El multilateralismo es esencial para la provisión de bienes públicos globales, como la paz y la seguridad, los derechos humanos, la regulación del sistema financiero internacional, el control de la evasión y elusión fiscal y la implementación de los Acuerdos de París. El multilateralismo es esencial para el logro de la Agenda 2030 y los ODS.
El Secretario General, Antonio Gutérres, en su reciente mensaje a los países en la Asamblea General enunció el peligro nuclear, el terrorismo, las violaciones sistemáticas del derecho internacional humanitario, el cambio climático, el lado oscuro de la innovación y el aumento de la desigualdad como las grandes amenazas que ponen en peligro la paz del mundo.
América Latina y el Caribe, siendo la región más desigual del mundo, no está exenta de los peligros de la inestabilidad política y social, de la conflictividad y de los conflictos causados por las enormes brechas de ingresos, de oportunidades y el acceso a los beneficios del desarrollo.
Tenemos en nuestras manos la Agenda 2030 y los ODS para cambiar el rumbo de un estilo de desarrollo que es insostenible. Como la CEPAL lo ha planteado en su documento “Horizontes 2030: La igualdad en el centro del desarrollo sostenible”, presentado en nuestro último Período de Sesiones realizado en México en mayo de 2016, para la región esta agenda global es una gran oportunidad pero sólo si logramos que el crecimiento económico sea producto de políticas concertadas de inversión, de infraestructura, de energía y tecnologías intensivas en conocimiento y acompañadas de políticas fiscales que favorezcan la redistribución y los incentivos en los sectores correctos; regulaciones que favorezcan la industrialización y que eviten la re-primarización de nuestras economías. En esencia, la región podrá aprovechar la oportunidad que genera este gran consenso global si genera pactos nacionales y regionales sobre las políticas que orienten a la economía hacia un gran impulso ambiental. Es una gran oportunidad para crecer pero no de cualquier manera, sino de una forma sostenible. Es una gran oportunidad para asegurar que las futuras generaciones tendrán un mundo mejor.
Ampliar la cooperación sobre bases multilaterales es imperativo si queremos alcanzar en 2030 los Objetivos de Desarrollo Sostenible. América Latina y el Caribe es una región de ingresos medios y el gran desafío para el sistema de cooperación internacional es que, además de incluir a los países de bajos ingresos, deba considerar las muy diversas necesidades y vulnerabilidades presentes en los países de renta media.
Durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Secretario General presentó a la consideración de los países su propuesta de reforma de la Organización que promueve acelerar su transición hacia la Agenda 2030 con un enfoque integral del desarrollo que deje atrás la fragmentación por sectores de las metas; a fortalecer el financiamiento al desarrollo trabajando con el sector privado, las instituciones internacionales y otros actores relevantes y aprovechar las fortalezas de las agencias para alcanzar una mayor coherencia y unidad bajo rigurosos mecanismos de rendición de cuentas. La reforma pretende generar un cambio en la Organización acorde con los profundos cambios globales y las exigencias de la Agenda 2030 y los ODS.
La agenda global y sus 17 objetivos requieren de condiciones que faciliten su implementación y ello involucra voluntad política, un renovado liderazgo público, financiamiento y cambios culturales tanto en nuestras administraciones públicas como en la ciudadanía.
La Agenda 2030 requiere:
de voluntad política para construir visiones de largo plazo y alinear el Presupuesto, los Planes Nacionales y Sub nacionales de Desarrollo con los ODS y sus metas;
liderazgo público que abra espacios de colaboración entre todos los sectores (para que las políticas tengan coherencia y contemplen las tres dimensiones del desarrollo sostenible) y entre todos los actores del desarrollo: gobierno, sector privado, academia y la sociedad civil, para resolver los problemas públicos de una forma innovadora y no dejar a nadie atrás;
Requiere de administraciones públicas que rindan cuentas y que sean receptivas a la colaboración de la sociedad civil;
Y de una ciudadanía consciente de que tiene derechos y responsabilidades respecto a lo público. Estamos hablando de generar valor público.
La implementación de la Agenda también llama a fortalecer la arquitectura institucional regional y global para el desarrollo sostenible, porque el logro de los ODS solo puede producirse si existen acciones concertadas en y entre las regiones del mundo. Ningún país puede lograr los ODS sin cooperación y sin integración regional. La dimensión regional del desarrollo es clave entonces para fortalecer la gobernanza global y los nexos con la dimensión nacional.
El Foro de los países de América Latina y el Caribe para el Desarrollo Sostenible es la instancia regional que potencia la articulación y la convergencia de las acciones de los países y del Sistema de las Naciones Unidas, así como el aprendizaje e intercambio de los países de la región sobre sus experiencias en la implementación de la Agenda y los ODS. Once países de la región han rendido informes voluntarios ante el Foro Político de Alto Nivel durante el 2017 y tendremos el día de hoy la oportunidad de escuchar sus experiencias. En el año 2018, por su parte, ocho países presentaran sus informes y de ellos tres rendirán sus informes voluntarios por segunda vez.
El Foro también articula a todos los Órganos subsidiarios en los que la CEPAL funge como Secretaría Técnica, entre los que se encuentra el Consejo Regional de Planificación. Esta articulación es muy importante para que las agendas de los órganos subsidiarios sean complementarias y colaborativas y se constituyan en el espejo de la coordinación nacional de las dimensiones económica, social y ambiental de los planes y políticas para el desarrollo.
En el mes de abril, durante el Foro, se destacó el rol que juega el Consejo en la implementación de la Agenda y cómo la Agenda 2030 le brinda a la región la oportunidad de reposicionar la planificación y recomponer y repensar una nueva ecuación estado-mercado-sociedad.
En el marco de esta reflexión quiero relevar la importancia del acompañamiento de la CEPAL y el ILPES en este proceso de construcción de un desarrollo distinto. El ILPES se creó hace 55 años con el objetivo de dar mayor impulso a las tareas de asistencia técnica y capacitación en la región, teniendo siempre en vista la integración latinoamericana. En 1975 nació el Consejo Regional de Planificación para guiar las actividades del ILPES, servir como órgano de consulta en la conducción de los programas de trabajo del ILPES y asegurar que contara con los recursos adecuados para su funcionamiento. Hoy, aunque el mundo ha cambiado sustancialmente y se ha complejizado, la misión de fortalecer las capacidades para enfrentar los desafíos del desarrollo a través de los ejercicios de planificación y gestión pública sigue siendo relevante, al igual que la imperiosa necesidad de fortalecer la integración de la región. Hoy para el ILPES es importante que 16 países estén representados por autoridades políticas y técnicas del más alto nivel en esta XVI reunión del Consejo, para reafirmar la misión del ILPES y guiar sus actividades hacia la respuesta de sus necesidades. Apostar a la misión del ILPES es apostar al multilateralismo y por ello agradecemos la confianza que los países depositan en nosotros. Hoy apostar al multilateralismo es asegurar que la paz y el desarrollo vayan de la mano, es asegurar el logro de la Agenda 2030 y los ODS, y por ende asegurar un desarrollo con igualdad y sostenibilidad para todos.
Muchas gracias