Nota informativa
Intervención de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en la Ceremonia de inauguración de la Tercera Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo
de América Latina y el Caribe
Santiago, 4 de octubre de 2016
Santiago de Chile
CEPAL
Patricia Chemor, Secretaria General del Consejo Nacional de Población de México, y Presidenta de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo de América Latina y el Caribe,
Esteban Caballero, Director Regional Adjunto de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Fondo de Población de las Naciones Unidas,
Paulo Saad, Director del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía de la CEPAL,
Señoras y señores invitados,
Colegas del sistema de las Naciones Unidas y de la CEPAL,
Amigas y amigos,
Quiero darles la más cordial bienvenida a la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, la casa de las Naciones Unidas en nuestra región.
Hace un año atrás, en el seno de las Naciones Unidas, en Nueva York, los 193 países representados en la Asamblea General suscribieron la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, la más amplia y ambiciosa respuesta de la comunidad internacional a los profundos desequilibrios económicos, sociales y ambientales imperantes.
Estos compromisos reconocen la igualdad y la sostenibilidad como los principales rectores, compartidos y universales, en los que se debe basar una nueva batería de estrategias y políticas globales, regionales y nacionales.
La insostenibilidad del estilo imperante de desarrollo, nos desafía a implementar un cambio estructural progresivo que impulse un nuevo estilo de desarrollo y una nueva agenda de políticas, cuya relevancia y urgencia han sido confirmadas por la evolución reciente de la economía internacional y, en particular, de la región.
La Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo, cuya Mesa Directiva se reúne hoy, está llamada a ser parte esencial de la arquitectura para la implementación y seguimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe, a partir de su mandato de consolidación de líneas de acción en materia poblacional en la región.
Los datos demográficos, el análisis de su evolución y tendencias, son piezas fundamentales para desplegar las políticas que combatan las desigualdades. El fortalecimiento de la bases de datos demográficos es, por lo tanto, clave en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Los cambios demográficos tienen efectos importantes en la economía y la sociedad. En algunos casos son muy visibles y ocurren en plazos breves. Por ejemplo, la ola de refugiados de Oriente Medio que busca asilo en esa región o en Europa, las migraciones desde los países de Europa Oriental hacia el norte del continente, los flujos de trabajadores latinoamericanos hacia Europa y, sobre todo, hacia los Estados Unidos, y las migraciones dentro de la región, que han aumentado en estos primeros años del nuevo milenio.
América Latina y el Caribe es el territorio que llaman propio 635 millones de habitantes. Ellas y ellos desafían cotidianamente a nuestros países a diseñar políticas públicas eficaces que ofrezcan una vida digna, en consonancia con la Agenda 2030.
Los países de la región deben aprovechar el bono demográfico, ya que en ellos viven 164 millones de niños y 162 millones de jóvenes; deben también dar respuesta a los 70 millones de adultos mayores y a los 45 millones de indígenas que habitan nuestra región; y hacer frente a los retos de la urbanización, donde hoy reside el 80% de su población.
Asimismo, debemos romper con la reproducción de la extrema desigualdad que afecta a la región y que genera un impacto destructivo sobre el crecimiento sostenible y la cohesión social.
También debemos insistir en el diseño e implementación de políticas públicas que contribuyan a terminar con la pobreza, que afecta a 175 millones de personas en América Latina y el Caribe, de las cuales 75 millones están en la indigencia.
Los desafíos son grandes, más aún si se considera que, de acuerdo a estudios de la CEPAL, durante el período de la implementación de la Agenda 2030 la población de América Latina y el Caribe experimentará transformaciones que se consolidarían a finales de siglo.
Si bien las proyecciones para el presente siglo aún suponen un aumento de la población de nuestra región hasta unos 730 millones en 2050, se espera que hacia el final del siglo se haya reducido a cerca de 690 millones.
Esta tendencia a la estabilización de la población regional influirá en que, al concluir el siglo, la población de la región representará un 6,8% de la población mundial, casi la misma proporción que tenía en la década de 1950.
La estabilidad de la población, el envejecimiento y la urbanización, son los tres fenómenos demográficos en curso en la región, que nos advierten acerca de la incuestionable oportunidad que tenemos para adaptarnos a los cambios demográficos durante el período de implementación de la Agenda 2030.
Las tendencias demográficas de las últimas décadas han generado una creciente preocupación mundial con respecto a la necesidad de reducir las asimetrías de desarrollo e ingresos.
Tal como la CEPAL advierte en su documento de posición “Horizontes 2030: la igualdad en el centro del desarrollo sostenible” -que presentamos en mayo pasado en la Ciudad de México-, la relación inversa entre el crecimiento demográfico y el ingreso por habitante entre regiones, incentiva el flujo migratorio hacia los países ricos.
Si bien esta corriente puede ser positiva para el país receptor, sobre todo cuando tiene bajas tasas de fecundidad y una población envejecida, también genera tensiones políticas, sociales y económicas, sobre todo si el flujo es muy intenso y se da en un contexto de bajo crecimiento global.
La forma de lograr que el impacto migratorio sea absorbido de forma positiva es equilibrar la aceptación de los inmigrantes con la generación de empleo en las economías rezagadas.
Los flujos serían menos intensos si, en lugar de concentrar, la economía mundial difundiera más homogéneamente los beneficios de la producción, el progreso técnico y el empleo, un punto central de la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Encaramos profundo cambios tectónicos: la irrupción de China, los megaacuerdos comerciales, el cambio demográfico, la crisis ambiental y la revolución tecnológica, que están transformando la economía y la sociedad a nivel mundial, redefiniendo la posición de los países y alterando el balance de poder entre los bloques económicos, así como entre las economías desarrolladas y el mundo emergente.
La dinámica y los resultados de estos procesos determinan la creciente demanda de bienes públicos globales necesarios para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el horizonte 2030.
Las nuevas tecnologías son cruciales para responder a los desafíos de una población cada vez más envejecida y concentrada en grandes ciudades. En particular, el uso de las nuevas tecnologías para proveer servicios de salud y construir ciudades ambientalmente sostenibles, inteligentes e integradas define una nueva frontera schumpeteriana para la innovación y el cambio estructural.
Amigas y amigos, encaramos hoy un vertiginoso proceso de cambios que nos plantea el complejo desafío, pero también la oportunidad, de impulsar un cambio estructural progresivo, un proceso de transformación profunda de nuestro sistema productivo que enfatice en la igualdad con 2030 en el horizonte.
En la CEPAL estamos convencidos de que la baja dependencia demográfica total nos abre la opción de construir las bases para un futuro sostenible. Por eso hemos insistido en ampliar las posibilidades de desarrollo para una generación que será mayor en 2030, y para otra que será la encargada de sostener los principales cambios demográficos desde 2050 en adelante.
El Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo es la herramienta más progresista que tenemos en nuestra región para planificar el desarrollo sostenible con igualdad tomando en cuenta los cambios demográficos recién descritos. Sus nueve capítulos temáticos identifican prioridades regionales en el ámbito de población; y su Guía Operacional, adoptada el año pasado, entrega amplias recomendaciones para abrir paso hacia las metas de 2030.
La región está mostrando un compromiso genuino con el Consenso de Montevideo. Hemos logrado que, por primera vez desde que nació el Comité de Población y Desarrollo (1994), 18 gobiernos definan una contraparte nacional que actúe como vínculo con la Conferencia, y que 17 países participen activamente en el Grupo de Trabajo encargado de elaborar una propuesta de indicadores para el seguimiento regional del Consenso de Montevideo, incluyendo una amplia asistencia a su reunión de junio de este año.
Por su parte, la reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia sobre Población y Desarrollo, que hoy inauguramos, es la tercera desde su creación en 2012 y la primera bajo la presidencia de México, país al que agradecemos su liderazgo para que los acuerdos de la pasada Conferencia de 2015 se estén cumpliendo con dinamismo y puntualidad.
Antes de finalizar, quiero destacar la creación, en mayo pasado, del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, un mecanismo regional para el seguimiento y examen de la implementación de la Agenda 2030 incluidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus metas, sus medios de implementación y la Agenda de Acción de Addis Abeba sobre financiación para el desarrollo.
Este nuevo espacio, que sostendrá una primera reunión en marzo de 2017 en México, proporcionará útiles oportunidades de aprendizaje entre pares a través de exámenes voluntarios, del intercambio de buenas prácticas y la discusión de metas comunes, y permitirá beneficiarse de la cooperación de las comisiones y organizaciones regionales y subregionales para orientar un proceso regional inclusivo.
El Foro emitirá informes anuales que evalúen el progreso y desafíos regionales en la implementación y proporcionen recomendaciones de políticas. Asimismo, elaborará informes de avance cuatrienal como contribución regional al HLPF de la Asamblea General.
Quiero desearles el mayor de los éxitos en sus jornadas de trabajo. Cuenten con la CEPAL en sus esfuerzos para transitar hacia el desarrollo sostenible con igualdad, sin que nadie quede atrás.
Muchas gracias.