Comunicado de prensa
La Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social a celebrarse en 2025 es una gran oportunidad para reducir desigualdades y promover la justicia social y la no discriminación, coincidieron altos/as representantes de diversas entidades de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) durante un diálogo realizado hoy en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Santiago. El encuentro global puede acelerar los esfuerzos para el logro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el desarrollo social inclusivo en el mundo, subrayaron.
Pese a los avances de las últimas décadas en materia de erradicación de la pobreza y reducción de desigualdades multidimensionales, el escenario global obliga a revisar estrategias, reafirmar compromisos y movilizar recursos con acciones multilaterales y de cooperación en un contexto de múltiples crisis superpuestas. El mundo ha cambiado mucho desde 1995, cuando se celebró la Primera Cumbre sobre Desarrollo Social en Copenhague: hay casi 4.000 millones de personas más, y se observa un aumento de tensiones geopolíticas, creciente fragmentación geoeconómica, intensificación de los efectos del cambio climático, cambios demográficos, disrupción tecnológica, amenaza de pandemias, guerras y conflictos, y una arquitectura financiera internacional que ya no responde adecuadamente a las necesidades de financiación del desarrollo, contextualizaron.
El Seminario de alto nivel “Hacia la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social: Ampliar los esfuerzos mundiales para la consecución de la Agenda 2030” contó con palabras inaugurales de Amina J. Mohammed, Vicesecretaria General de las Naciones Unidas; Alberto van Klaveren, Ministro de Relaciones Exteriores de Chile; Gilbert F. Houngbo, Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); y José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL y Coordinador de las Comisiones Económicas Regionales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2024. El evento contó con la participación de diversas personalidades, entre ellas, la ex Presidenta de Chile, ex Directora Ejecutiva de ONU-Mujeres y ex Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
“Algunos Estados Miembros han expresado una preocupación legítima por la creación de nuevas Agendas en el contexto actual, cuando la tarea de hacer realidad los ODS y los compromisos de Copenhague aún no ha terminado. No es el momento de cambiar de rumbo. Más bien, la Cumbre Social es una oportunidad para acelerar la aplicación de la Agenda 2030 y el programa de acción de la primera Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social cinco años antes de 2030”, subrayó Amina J. Mohammed.
En la misma línea, el Canciller Alberto van Klaveren indicó que “Chile considera que la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es fundamental para hacer frente a los complejos desafíos y crisis mundiales. Este plan de acción integral para las personas, el planeta y la prosperidad tiene el potencial de transformar nuestro mundo al colocar el desarrollo social inclusivo en su centro. Sin embargo, si queremos no dejar a nadie atrás, debemos reforzar nuestro compromiso global con acciones multilaterales y de cooperación”.
Gilbert F. Houngbo, Director General de la OIT, subrayó que la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (2025) será la primera después de la Cumbre del Futuro de 2024, que establecerá el camino a seguir para lograr los ODS y la Agenda 2030. El alto funcionario recordó las repercusiones concretas que tuvo en la labor de la OIT la Primera Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social y sostuvo que la próxima debería tener un impacto aún mayor. La ONU tiene que apoyar a los Estados Miembros para tener una cumbre inclusiva, dijo. “Tenemos que escuchar y actuar para que no sea solo una cumbre más”, apuntó.
Durante su intervención, José Manuel Salazar-Xirinachs planteó que la transformación del modelo de desarrollo es una tarea urgente en América Latina y el Caribe, ya que la región se encuentra sumida en una crisis de desarrollo caracterizada por tres trampas que se refuerzan mutuamente. Estas son la baja capacidad de crecer; la alta desigualdad y baja movilidad social; y la baja capacidad institucional y de gobernanza. “Estas trampas condicionan y limitan la consecución de la Agenda 2030 y, por tanto, el logro de un desarrollo social inclusivo, piedra angular del desarrollo sostenible”, argumentó el Secretario Ejecutivo de la CEPAL.
De igual forma, José Manuel Salazar-Xirinachs expresó el total apoyo de parte de las cinco comisiones económicas regionales de la ONU a la decisión de los Estados Miembros de convocar la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social en 2025, 30 años después de la cita histórica de 1995, donde se aprobó la Declaración de Copenhague sobre Desarrollo Social y su Programa de Acción. “Dado su poder de convocatoria y cercanía con los Estados Miembros, las comisiones regionales actúan como plataformas inclusivas para la deliberación y adaptación de normas universales y marcos de referencia globales a los contextos regionales y de países”, apuntó.
Paula Narváez, Presidenta del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC, por sus siglas en inglés) y Representante Permanente de Chile ante las Naciones Unidas, planteó que “hoy nos encontramos en un punto de inflexión. La inseguridad sobre el futuro y la desconfianza en las instituciones van en aumento, erosionando nuestro tejido social y nuestra capacidad para alcanzar colectivamente objetivos comunes. Es hora de responder allanando el camino hacia un futuro resiliente, inclusivo y sostenible, con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la Declaración de Copenhague sobre Desarrollo Social como cimientos”.
Li Junhua, Secretario General Adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (UN DESA, por sus siglas en inglés), aseguró que “la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social estará posicionada de manera única para construir sobre compromisos anteriores y entregar un resultado significativo que atienda las cuestiones sociales y genere mayor impacto en las vidas y sustento de las personas”.
Coincidiendo, Achim Steiner, Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), aseguró que si hay algo que la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 2025 podría ofrecerle al mundo es recordarle una vez más que es muy poco probable progresar con confrontación, polarización y competencia entre países.
Sima Bahous, Directora Ejecutiva de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres), destacó que “en muchos sentidos, el mundo es un mejor lugar para las mujeres de lo que era años atrás. Y América Latina y el Caribe es un ejemplo de ello. Sin embargo, para muchas mujeres el mundo sigue siendo un lugar inseguro y desigual”.
QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), reconoció que “el 2030 está muy cerca y no hemos logrado lo que dijimos que íbamos a lograr: poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo (ODS1) y poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible (ODS2)”.
Juan Somavía, Embajador y ex Representante Permanente de Chile ante las Naciones Unidas, Presidente del Comité Preparatorio de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (1995) y Director General de OIT (1999-2012), planteó la necesidad de sumar esfuerzos: de la sociedad, de las Naciones Unidas y de los gobiernos. “Lo principal es lograr convergencia, coherencia e integración de políticas. De eso se trata todo. Pero es extremadamente difícil llevar esto a la práctica. Debe haber un enfoque integral de toda la sociedad y de todas las Naciones Unidas”, sostuvo.
Finalmente, a través de un video, Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló que “la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social en 2025 será una oportunidad importante para evaluar progresos, compartir lo que funciona y enfocarse en la aceleración de los esfuerzos hacia los ODS. La OMS mantiene su compromiso de apoyar a sus Estados Miembros de todas las formas posibles para construir un futuro más sano, seguro y justo en América Latina, el Caribe y en todas partes”.
Durante el encuentro, se enfatizó que la ONU a través de sus comisiones económicas regionales, agencias, fondos, programas y equipos en los países, ofrece un espacio estratégico para la acción, la reflexión, el diálogo y el fortalecimiento de la confianza y el compromiso necesarios para lograr el consenso que permita renovar los esfuerzos en pro del desarrollo social inclusivo a escala nacional, regional y mundial.