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La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que el valor de las exportaciones regionales de bienes creció 20% en 2022, impulsado por un alza del 14% de los precios y una expansión del 6% del volumen exportado. Así lo señala el organismo de las Naciones Unidas en un nuevo informe anual (flagship) dado a conocer hoy por medio de un comunicado de prensa.
En el reporte Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe 2022, la Comisión indica también que el valor de las importaciones regionales de bienes aumentó en 24%. Al igual que en las exportaciones, el grueso del aumento del valor de las importaciones regionales obedece al componente de precios.
Según el informe, las exportaciones regionales de bienes tuvieron en 2022 su segundo año de crecimiento a tasas de dos dígitos, tras crecer 27% el año anterior. Sin embargo, al igual que en 2021, la expansión de los envíos estuvo impulsada principalmente por factores exógenos (el alza de los precios de las materias primas, particularmente los combustibles), y no por la capacidad de aumentar el volumen exportado ni de diversificar la oferta exportadora regional hacia nuevos sectores.
En contraste con la desaceleración del comercio de bienes, el comercio de servicios de la región muestra una importante recuperación, creciendo 45% en el primer semestre de 2022 respecto de igual período de 2021. Ello se debe principalmente a la reactivación del turismo, seguido por el rubro de otros servicios, los que incluyen los llamados servicios modernos.
El informe advierte que en un contexto marcado por el conflicto en Ucrania, alta inflación, menor crecimiento, tensiones geopolíticas y la persistencia de la pandemia, el comercio mundial sufrió una fuerte desaceleración en 2022, la que se agudizará en 2023: luego de expandirse 9,8% en 2021, se proyecta que el volumen del comercio mundial de bienes creció 3,5% en 2022 y crezca apenas 1% en 2023.
Entre los principales socios comerciales de la región, se estima que las exportaciones a la Unión Europea fueron las más dinámicas en 2022, con un crecimiento de su valor del 26%. Por primera vez desde 2015, las exportaciones a China fueron las menos dinámicas, creciendo solo 8%. En tanto, se estima que el comercio intrarregional se expandió en 22%, lo que constituye una buena noticia para las exportaciones manufactureras de la región.
De acuerdo con el informe, las mayores alzas estimadas de las exportaciones se registraron en países exportadores de hidrocarburos: Trinidad y Tobago (69%), Venezuela (63%), Colombia (49%) y Guyana (45%).
Por otra parte, 25 de los 33 países de la región sufrieron en 2022 un choque negativo en sus términos de intercambio; es decir, el precio de los productos que importan aumentó más que el de los productos que exportan. Esta situación refleja el alza de los precios de los alimentos, combustibles y fertilizantes desde 2021, y que se agudizó en 2022 producto del conflicto en Ucrania. Los únicos países que tuvieron un impacto positivo en sus términos de intercambio son los exportadores netos de combustibles.
En su versión 2022, Perspectivas del Comercio Internacional incluye un capítulo que examina el desempeño exportador de manufacturas de América Latina y el Caribe en el período 1990-2021. Según el informe, la región como un todo muestra un débil desempeño exportador en el ámbito de las manufacturas: tras aumentar levemente entre 1995 y 2001, la participación regional en las exportaciones mundiales de manufacturas no ha superado el 5% en los últimos 20 años. Además, la región presenta un persistente y creciente déficit comercial en manufacturas, el que pasó de representar el 3% del PIB en 1995 al 6% en 2021. América Latina y el Caribe solo presenta superávits significativos en los sectores automotor y de alimentos, bebidas y tabaco, y sus exportaciones manufactureras muestran una alta concentración por origen: un solo país (México) representó el 57% del total entre 2019 y 2021.
El informe agrega que la pandemia del COVID-19 y el conflicto en Ucrania han evidenciado la alta dependencia regional del abastecimiento externo de productos estratégicos como medicamentos, dispositivos médicos y fertilizantes. “Por ello es urgente revitalizar la integración regional e implementar políticas de fomento productivo para dinamizar las exportaciones manufactureras”, indica la CEPAL en el estudio.
“Dada su gran importancia para las exportaciones manufactureras, es preciso avanzar hacia un mercado regional amplio y estable mediante iniciativas de convergencia regulatoria, facilitación del comercio, uso estratégico de las compras públicas y mejora de la conectividad”, enfatiza.
Asimismo, se requieren políticas de fomento productivo que apunten a elevar la competitividad exportadora en todos los segmentos de las cadenas de valor manufactureras, incluidas las actividades de servicios asociadas a ellas (investigación y desarrollo, diseño, logística, etc.), recalca el organismo regional de las Naciones Unidas.
Finalmente, en su tercer capítulo el informe de la CEPAL examina las profundas disrupciones en las cadenas marítimas de suministro -que movilizan el 80% del volumen del comercio mundial de bienes- desde el inicio de la pandemia. Los cierres masivos de actividades productivas, la mayor congestión en los puertos y la limitada disponibilidad de contenedores, sumados a la elevada concentración de la industria naviera, han traído como consecuencia una escasez de bienes finales importados para el consumo y de insumos y bienes de capital importados para la producción; la pérdida de confiabilidad de los embarques; y un aumento de la inflación debido a los mayores costos de transporte.
Uno de los principales efectos de estas disrupciones ha sido el notorio incremento en el precio de los fletes marítimos. Por ejemplo, el costo de transporte de las exportaciones de la región hacia Estados Unidos en junio de 2022 era cuatro veces mayor que el de enero de 2019. Por su parte, el costo de transporte de las importaciones desde Asia en la actualidad es 4,3 veces mayor que el valor de enero de 2019.
La CEPAL sostiene que las cadenas mundiales de suministro por vía marítima son clave para avanzar hacia un desarrollo sostenible de la región. Aquí América Latina y el Caribe se enfrenta a un doble reto: por un lado, es preciso remontar el rezago en la infraestructura e interconectividad y, por el otro, se debe hacer frente a los impactos que, en la coyuntura actual, amenazan con reconfigurar la estructura del comercio internacional en términos de rutas, actores e intereses para los años por venir.
“La canalización coordinada de recursos públicos y privados, a través de Asociaciones Público-Privadas (APP) puede contribuir a avanzar nuevos proyectos y mejorar la infraestructura existente que demanda la región. Es preciso dar paso a APP que antepongan los intereses de las personas en primer lugar y que estén en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, indica el informe.