Nota informativa
Este año las economías de América Latina y el Caribe completarán un ciclo expansivo de seis años consecutivos, con un crecimiento medio anual del producto por habitante de 3,5%. Es el período de mayor bonanza de los últimos treinta años. Existen numerosas oportunidades. Es el momento de explorar nuevos caminos.
En esencia, se trata de aprovechar la expansión global para impulsar procesos de transformación productiva y desarrollo de capacidades que permitan a los países de la región ampliar y modificar sus modalidades tradicionales de inserción internacional, agregando valor y conocimiento a sus productos.
Este es el mensaje central del documento La transformación productiva 20 años después. Viejos problemas, nuevas oportunidades, que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó hoy en su Trigésimo segundo período de sesiones, que se realiza en Santo Domingo, República Dominicana.
Se sostiene que desde un punto de vista estructural, la región atraviesa por un buen período, en el cual las favorables condiciones externas se han traducido en una mayor demanda, abundante liquidez de los mercados financieros, mejores precios de las materias primas y un fuerte crecimiento de las remesas.
Sin embargo, persisten en la región algunos "viejos problemas" de naturaleza estructural, los mismos que llevaron a la CEPAL a adoptar la idea de la transformación productiva con equidad hace 20 años.
Se reconoce que la región atraviesa por dificultades de corto plazo impuestas por la desaceleración económica en Estados Unidos y al alza de los precios de los alimentos y los combustibles.
Por ello, hoy esta comisión regional de las Naciones Unidas reexamina aquella visión para abordar las nuevas oportunidades que se presentan y apunta a la diversificación y al desarrollo de espacios en donde se conjugue el aprendizaje tecnológico, la innovación y la competitividad como núcleo de las estrategias de desarrollo futuro.
La CEPAL propone dos orientaciones básicas: generar una cultura de la innovación que permita crear y beneficiarse de las oportunidades a partir de nuevas propuestas; y detectar y hacer buen uso de las oportunidades que el mundo ofrece, así como aprender de las experiencias y avances de otras regiones.
En el informe se presenta un estudio de seis patrones de aprendizaje sectorial para identificar los elementos necesarios para fortalecer las ventajas comparativas dinámicas y explorar nuevos senderos de aprendizaje a nivel de sectores y empresas. Las áreas examinadas son: la industria manufacturera tradicional y la de exportación (maquila en sus diversas modalidades), el complejo agroalimentario, la minería metálica y los servicios turísticos y empresariales.
En cada una de ellas hay oportunidades de las cuales beneficiarse, pero los procesos no son espontáneos. Se requiere crear capacidades y políticas públicas para aprovecharlas, en cooperación con el sector privado.
Razones para un cierto optimismo
En su documento, la CEPAL indica que la región no ha conseguido muchos avances en la calidad de sus exportaciones, tal como muestra el precio que alcanzan los productos que América Latina y el Caribe vende al exterior, que es inferior al de los mismos productos provenientes de países desarrollados.
Pero justamente aquí se presenta una oportunidad y por ello hay tres razones que avalan un cierto optimismo.
- Existe un contexto de aumento y diversificación de la demanda, de creciente fragmentación de la producción, y de tecnologías que requieren de adaptación local.
- Los países de la región han desarrollado ciertas capacidades que deben profundizarse en los mercados internacionales.
- La experiencia de varios países de Asia sugiere que es posible escalar en las cadenas de valor y moverse a los segmentos más intensivos en conocimiento, y desarrollar un entramado de pequeñas y medianas empresas a su alrededor, siempre y cuando haya un desarrollo de las capacidades tecnológicas necesarias para lograr esto.
De igual forma, es necesario superar los problemas de corto plazo de la integración regional, ya que una mayor coordinación económica entre países facilitaría enormemente la tarea. De lo contrario, la velocidad de los cambios en el mundo puede convertir a las oportunidades en meras ilusiones.
Búsqueda de consensos y financiamiento
Según la CEPAL, para tener éxito en el proceso de transformación productiva se deben implementar estrategias de mediano y largo plazo que expresen el interés nacional. Es decir, deben ser parte de una búsqueda de consensos más amplios, ya que las sociedades con mayores niveles de cohesión social son capaces de forjar mejores estrategias e instituciones y de generar la confianza necesaria para implementar las reformas.
A la hora de financiar estas estrategias se plantean dos desafíos: cómo mantener un equilibrio entre los sectores tradicionales y aquellos con mayor potencial, traspasando recursos desde los primeros a los segundos sin eliminar incentivos; y en segundo lugar, cómo invertir los recursos, para hacerlo con eficacia y en pos de un objetivo claro.
En síntesis, sólo se podrá avanzar hacia la transformación productiva mediante la combinación de políticas económicas y sociales que se basen en tres ejes fundamentales: el progreso técnico, el empleo productivo y la acumulación de capital humano. Si se logra este objetivo, la región estará más cerca de llenar el "casillero vacío" del crecimiento con equidad que planteó la CEPAL hace 20 años.