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La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, reafirmó hoy el compromiso de la institución con la defensa de los Derechos Humanos y la justicia social, la búsqueda de reparación y la visibilización de los conflictos que aún impiden el ejercicio pleno y universal de las libertades fundamentales en varios países de la región.
La máxima representante del organismo regional rindió homenaje a Enrique V. Iglesias, Secretario Ejecutivo de la CEPAL entre 1972 y 1985, y a Belela Herrera, funcionaria del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Chile entre 1973 y 1980.
“Hoy honramos la memoria viva de quienes, con su sacrificio, entregaron esperanza a decenas de víctimas de una de las dictaduras más oprobiosas de América”, afirmó Bárcena en referencia al régimen militar que prevaleció por diecisiete años tras el golpe de Estado que derrocó al Gobierno del Presidente Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973.
“Enrique y Belela ofrecieron refugio y salvoconducto a muchas personas cuyas vidas estaban amenazadas por la dictadura”, añadió la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL quien destacó que, con su sacrificado aporte, ambos ayudaron a la recuperación de la democracia en Chile.
“Enrique lideró una CEPAL que valientemente se jugó en la defensa de los derechos humanos y de apoyo a los perseguidos. En paralelo, con un sencillo Fiat 600, Belela consiguió poner a buen recaudo en diferentes embajadas a numerosas personas perseguidas por los militares chilenos”, recordó Alicia Bárcena.
En su intervención, la alta representante de las Naciones Unidas afirmó que el golpe de Estado chileno dejó en la CEPAL “una cicatriz profunda” marcada, principalmente, por la detención y posterior desaparición de Fernando Olivares Mori, funcionario del Centro Latinoamericano de Demografía, quien fue sacado desde el edificio de las Naciones Unidas el 5 de octubre de 1973 por una patrulla de infantes de marina.
Recordó también la detención de Carmelo Soria quien, tras ser sometido a brutales torturas, fue asesinado por la brigada Mulchén de la Dirección de Inteligencia Nacional, la policía secreta de la dictadura chilena.
“A nuestros compañeros les rendimos hoy un homenaje humilde pero sentido y profundo, al igual que a las miles de víctimas que vieron violentados sus derechos más esenciales”, afirmó la máxima representante de la CEPAL.
Durante el homenaje, titulado CEPAL: Memorias del ’73, Enrique V. Iglesias recordó pasajes de su historia al mando del organismo regional, entre ellos, la “primera semana del terror” tras el golpe de Estado, que estuvo marcada por la amenaza del régimen de “levantar hasta la última piedra hasta encontrar al último de los 10.000 extranjeros que en ese entonces vivían en Chile”.
Luego comenzó la que denominó ‘operación refugiados’, que permitió salvar a miles de personas, chilenas y extranjeras.
Iglesias relató cómo consiguió sacar del país a Joan Garcés, académico español de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y asesor del Presidente Salvador Allende, a quien la dictadura catalogó como “un criminal” y a quien el propio Pinochet firmó un salvoconducto tras la solicitud directa del entonces embajador de España en Chile, Enrique Pérez Hernández.
Más de dos décadas después, una acción jurídica de Garcés permitió la detención del ex dictador chileno en Londres, el 16 de octubre de 1998.
Enrique V. Iglesias rememoró también la muerte de Carmelo Soria, “un caso dramático que tuvo impacto mundial” y relató cómo Luis Echeverría, Presidente de México entre 1970 y 1976, ofreció un barco para sacar a la CEPAL y sus funcionarios del país.
La uruguaya Belela Herrera, por su parte, destacó la generosidad, el apoyo y la solidaridad de la comunidad internacional “que permitieron salvar a miles de vidas frente a la tragedia que estaba viviendo Chile”.
Herrera recordó a José Miguel Parada, un sociólogo chileno degollado por agentes de la dictadura en 1985, a quien calificó como su “mentor, amigo y maestro”.
Asimismo rememoró cuando Ángela Jeria, madre de la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, acudió al ACNUR con una carta donde relataba las torturas a las que el régimen estaba sometiendo a su marido, el oficial de la Fuerza Aérea de Chile, Alberto Bachelet, quien falleció en marzo de 1974 en la Cárcel Pública de Santiago.
Finalmente, Osvaldo Puccio, ex Ministro chileno y víctima de la dictadura, valoró que estos recuerdos sean vistos por las nuevas generaciones como hechos completamente inverosímiles.
Eso demuestra, afirmó, “que el trabajo y heroísmo de personas como Enrique y Belela nos llevó a recuperar la democracia. Esta historia que hoy parece distante, lejana, nos muestra el país que logramos construir”, señaló.
Al finalizar, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL destacó que los países de la región “tenemos hoy la oportunidad única de concretar aquel anhelado cambio que movilizó a tantos y tantas en los años 70’. Tenemos hoy en nuestras manos las llaves para abrir aquellas grandes alamedas para que por fin pasen el hombre y las mujeres libres para construir una sociedad mejor”, concluyó.