Nota informativa
La Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, llamó hoy a los países a terminar con la ineficiente e insostenible desigualdad y transitar hacia un nuevo paradigma de desarrollo que, entre otros avances, logre derribar la cultura del privilegio, aún arraigada en la región.
La alta funcionaria de las Naciones Unidas, inauguró hoy en Ciudad de México el Seminario Permanente Cambio de Época, América Latina frente a la Hora de la Igualdad: avances, retrocesos y desafíos, que organizan la CEPAL y el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En la inauguración del evento participaron Enrique Graue, Rector de la UNAM; Eduardo Vega, Director de la Facultad de Economía de esa casa de estudios, y Rolando Cordera, Coordinador del PUED.
Durante el seminario, Alicia Bárcena dictó una conferencia magistral titulada Avances y desafíos de la agenda de la igualdad en América Latina, en la que advirtió que el contexto global está marcado por una mayor concentración de la riqueza en el mundo, la que registra una intensidad y un aumento de velocidad sin precedentes.
Recordó que, de acuerdo a la última edición del Informe Global de la Riqueza del Credit Suisse Research Institute (CSRI), el 1% de los hogares más ricos del mundo posee la mitad de la riqueza del globo. La riqueza mundial total ha llegado a 280 trillones de dólares y es 27% más alta que una década atrás, cuando se inició la crisis financiera, dijo.
Asimismo, cambios tectónicos y un mundo más incierto definen la actual globalización, señaló la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
En este contexto, señaló, el desafío de alcanzar un desarrollo con igualdad enfrenta a la región a tres problemas estructurales, “la heterogeneidad estructural, que es la expresión de la cultura del privilegio a nivel del sistema productivo; la vulnerabilidad externa, que mantiene a la región altamente dependiente del contexto externo, y la enorme debilidad del Estado, la parte institucional que no nos permite avanzar”.
Alicia Bárcena precisó que en la propuesta de la CEPAL la igualdad debe ser el horizonte del desarrollo; el cambio estructural progresivo, el camino, y la política, el instrumento.
Recordó que la desigualdad es ineficiente e insostenible porque restringe la reducción de la pobreza, conspira contra el desarrollo, amplía el costo de las brechas en la educación y la salud y, en el caso de la desigualdad del ingreso, impide la movilidad intergeneracional.
Asimismo, afirmó que la cultura del privilegio, arraigada en las sociedades latinoamericanas y caribeñas, naturaliza la diferencia como desigualdad y la relación entre el lugar que se ocupa en la escala social y el mayor o menor acceso a educación, salud, trabajo, seguridad y habitabilidad.
La alta funcionaria de las Naciones Unidas añadió que la cultura del privilegio resulta en profundas desigualdades de ingresos monetarios y alta concentración de la riqueza; en inequidades tributarias como exenciones, evasión y bajo impuestos la renta; en rigideces para la movilidad social intergeneracional y en la segregación territorial respecto a infraestructura, servicios y en las ciudades.
En ese contexto, llamó a los países a actuar sobre la segregación territorial, la segmentación en la educación y el acceso a la salud, y el acceso universal a sistemas de protección social y cuidado; a combatir el acceso desigual a la justicia y a las redes de influencia, y a destacar la importancia del derecho a la diferencia.
Bárcena instó también a establecer una fiscalidad para la igualdad y adecuar la educación al nuevo contexto tecnológico.
La máxima representante de la CEPAL subrayó la baja propensión de los países latinoamericanos a invertir en investigación y desarrollo, con excepción del Brasil, la Argentina, Costa Rica y México, los que, sin embargo, no alcanzan el nivel de innovación de los países tecnológicamente avanzados.
Alicia Bárcena destacó la importancia de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y enfatizó que, rumbo a su implementación y cumplimiento, América Latina y el Caribe tiene el gran desafío de erradicar la pobreza, cerrar las desigualdades entrecruzadas, de universalizar la salud y la educación y de lograr la igualdad de género y la autonomía económica de las mujeres.
“Ahí está la clave para poder lograr ese avance”, cerró.
El Seminario Permanente Cambio de Época, que culmina mañana, continuaba hoy con paneles sobre la economía política del bajo crecimiento y el multilateralismo frente al cambio de época.