Nota informativa
Cada año, en ocasión del Día de la Madre Tierra, reflexionamos sobre nuestra relación con el planeta que nos sustenta. El aire que respiramos, el agua que bebemos y la tierra en la que crecen nuestros alimentos forman parte de un delicado ecosistema mundial que está sometido a una presión cada vez mayor a causa de las actividades humanas. La pesada mano de la humanidad se manifiesta en la deforestación tropical y el agotamiento de la pesca oceánica, en la creciente escasez de agua dulce y la rápida disminución de la diversidad biológica y en cielos y mares cada vez más contaminados en muchas partes del mundo.
A medida que crece nuestra población, debemos reconocer que nuestro consumo de los recursos del planeta es insostenible. Es necesaria una transformación mundial de actitudes y prácticas. Es especialmente urgente abordar la manera en que generamos la energía que impulsa nuestro progreso. La quema de combustibles fósiles es el principal factor del cambio climático, que constituye una creciente amenaza a la prosperidad y la estabilidad en todas las regiones. Este es el motivo por el cual los dirigentes mundiales se han comprometido a alcanzar un acuerdo jurídico sobre el clima mundial en 2015.
La adopción de medidas respecto del cambio climático ofrece múltiples oportunidades para replantear nuestra relación con la Madre Tierra y mejorar el bienestar humano, especialmente para los más pobres y vulnerables. La energía sostenible para todos puede mejorar la salud, la riqueza y las oportunidades de miles de millones de personas, como también pueden hacerlo la agricultura climáticamente inteligente, una mayor eficiencia de las ciudades y una mejor gestión y protección de los bosques.
Con el fin de generar medidas ambiciosas sobre el terreno y promover un nuevo tratado sobre el clima en 2015, he convocado una Cumbre sobre el Clima en Nueva York el 23 de septiembre de este año. Invito a los Jefes de Estado y de Gobierno, junto con los dirigentes del sector privado y la sociedad civil, a que den a conocer sus iniciativas y forjen alianzas que ayuden a crear un futuro sostenible. Pero necesitan apoyo y aliento, dado que cambiar nunca es fácil. Por lo tanto, hoy, Día Internacional de la Madre Tierra, hago un llamamiento a que todas las personas del mundo alcen su voz y hablen en nombre de este planeta, nuestro único hogar. Cuidemos de la Madre Tierra para que esta pueda seguir cuidando de nosotros como lo ha hecho durante milenios.
Ban Ki-moon
Secretario General
Naciones Unidas