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Este año, conmemoramos el Día Internacional de la Democracia en medio de transiciones políticas volátiles en varios países, una prolongada crisis económica y espectaculares cambios demográficos y sociales. Todo ello recalca la necesidad de que debe fortalecerse la voz que tienen las personas en cómo se las gobierna, un imperativo que se encuentra en el corazón de la democracia.
A pesar de los avances en materia de participación cívica, en cada vez más sociedades, la apatía se ha convertido en el enemigo más insidioso de la democracia. La participación inclusiva es el antídoto. No es solo un fin en sí mismo, sino que prepara a las comunidades, a las sociedades y a países enteros para trabajar con puntos de vista encontrados, forjar compromisos y encontrar soluciones, y para participar en críticas y deliberaciones constructivas. La participación inclusiva ayuda a las comunidades a desarrollar formas de democracia que funcionen para el gobierno, las empresas y la sociedad civil.
Vivimos en una nueva era en la que las personas tienen cada vez más posibilidades para obtener información e influir en la toma de decisiones, algo que viene facilitado por la evolución de las tecnologías. Estas pueden ayudar a las personas a representar un papel más directo en esferas que considero las prioridades mundiales más inmediatas de nuestro tiempo: reducir las desigualdades; prevenir el conflicto armado y construir un mundo más seguro; apoyar a las naciones en transición; empoderar a las mujeres y a los jóvenes; y promover el desarrollo sostenible.
Ahora que nos esforzamos por acelerar los progresos hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para el año que nos fijamos como meta, 2015, estamos preparando una visión para el desarrollo después de ese año. Las consultas mundiales sobre la agenda para el desarrollo para después de 2015 -en sí mismas un esfuerzo sin precedentes por escuchar la voz de los ciudadanos a la hora de formular las políticas internacionales- han reafirmado la importancia que reviste el poner a las personas en el centro de los esfuerzos de desarrollo. El millón de voces representadas en el sondeo "MY World" realizado por las Naciones Unidas pide con una fuerza abrumadora un gobierno abierto y receptivo, y hacen de este uno de los tres objetivos principales que buscan en una futura agenda para el desarrollo.
En este Día Internacional de la Democracia, exhorto a los dirigentes a que escuchen y respeten la voz de los ciudadanos y a que respondan adecuadamente a ella, ya sea expresada directamente o por medio de los representantes que ellos han elegido. Exhorto a los ciudadanos del mundo a que piensen en cómo pueden utilizar su voz no solo para tomar control de su destino, sino para traducir sus deseos y los deseos de otros en un mundo mejor para todos.
Hagan oír su voz. Participen. Procuren comprender y escuchar a quienes tal vez sean más débiles o más vulnerables que ustedes. A todos nos incumbe por igual nuestro futuro común. Hoy, comprometámonos a asegurarnos de que cada uno de nosotros podamos representar, y representemos, el papel que nos corresponde al máximo.
Ban Ki-moon
Secretario General
Naciones Unidas