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Seminario "La minería en América Latina y el Caribe: interdependencias, desafíos y oportunidades para el desarrollo sostenible"

19 November 2018|Speech

Palabras de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.

Palabras de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, en el Seminario “La minería en América Latina y el Caribe: interdependencias, desafíos y oportunidades para el desarrollo sostenible”

Lunes 19 de noviembre, 2018

Lima, Perú

*** VERSIÓN PREPARADA PARA SALA***

Señor Luis Miguel Incháustegui, Viceministro de Minería del Perú,

Señora Carolina Sánchez, Secretaria de Política Minera de Argentina y Presidenta del Comité Ejecutivo de la Conferencia de Ministerios de Minería de las Américas (CAMMA),Excelentísimo embajador de Alemania en Perú Stefan Herzger,

Viceministros de minería y ambiente y otras autoridades de gobierno de los países andinos,

Señor Cesar Montaño, Director General de la Comunidad Andina,

Señora Viviana Caro Hinojosa, Representante del Banco Interamericano de Desarrollo en Lima,

Señor Greg Radford, Director del Foro Intergubernamental sobre Minería, Minerales, Metales y Desarrollo Sostenible,

Señor Jorgen Sandstrom, Director de las Industrias de Minería y Metales del Foro Económico Mundial,

Representantes de la sociedad civil y la academia,

Representantes del sector empresarial público y privado,

Representantes de la cooperación internacional,

Distinguidos invitados,

Permítanme, en primer lugar, darles la más cordial bienvenida a esta conferencia titulada “La minería en América Latina y el Caribe: interdependencias, desafíos y oportunidades para el desarrollo sostenible”.

Este encuentro se basa en una iniciativa sobre gestión sustentable de la minería que está llevando a cabo la CEPAL en colaboración con el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ) en el marco de nuestra alianza estratégica de cooperación con el Programa “Cooperación Regional para la Gestión Sustentable de los Recursos Mineros en los países Andinos”.

Me da mucho gusto en este sentido saludar y dar la bienvenida a la Sra. Christiane Bögemann-Hagedorn, Directora General Adjunta para América Latina del BMZ.

A través de este programa, se busca que los países de la subregión andina se beneficien del conocimiento y los procesos de diálogo generados por la CEPAL en materia de Gobernanza de los Recursos Extractivos y Democracia Ambiental, considerando los lineamientos y objetivos de la Agenda 2030 para el DesarrolloSostenible y sus 17 objetivos - los llamados ODS.

América Latina y el Caribe cuenta con abundantes recursos naturales y concentra parte importante de las reservas mineras a nivel global: 65% de litio, 49% de plata, 44% de cobre y 33% de estaño. Esto ha definido históricamente la especialización primaria exportadora de la región, afianzada aún más con el último boom de precios de minerales.

Entre 2002 y 2008, durante el superciclo de altos precios de las materias primas, el monto de las exportaciones mineras regionales casi cuadruplicó su valor. En ese mismo período, los envíos regionales de minerales y metales también crecieron en términos de volumen, aunque en mucho menor medida (53%), al pasar de 289 millones de toneladas en 2002 a 443 millones de toneladas en 2008. Desde 2007, el peso del sector en los envíos totales de bienes de la región ha fluctuado entre el 17% y el 20%. Tras la caída registrada en 2009 en el contexto de la crisis financiera mundial, y de una importante recuperación en 2010 y 2011, los envíos mineros no han vuelto a mostrar el dinamismo del decenio precedente en términos de monto. Sin embargo, han aumentado de forma constante en términos de volumen. En 2017, las exportaciones de minerales y metales de América Latina y el Caribe alcanzaron los 170.000 millones de dólares, equivalentes al 17% del valor de sus envíos totales de bienes, y al 8% de las exportaciones mundiales de minerales y metales. (Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe 2018).

Los recursos que la minería trajo a la región apoyaron las cuentas fiscales y la entrada de divisas a los países exportadores. Sin embargo, los países de América Latina y el Caribe han tenido dificultades para convertir los períodos de bonanza exportadora de sus recursos naturales en procesos de desarrollo económico de largo plazo.

Todavía quedan enormes desafíos que atender frente a la vulnerabilidad externa, los impactos ambientales, y las necesidades de inversión de las rentas mineras en las capacidades humanas y productivas que aporten al desarrollo sostenible de esos países.

Ello implica lograr una gobernanza efectiva sobre la propiedad, la apropiación, la distribución, y la inversión de las rentas mineras, que permitan transformar estos recursos estratégicos en otro tipo de recursos perdurables al servicio de los ciudadanos y de la sostenibilidad de sus economías. 

Amigas y amigos,

La demanda sobre los recursos naturales en el mundo sigue creciendo, ya sea por el crecimiento económico o las dinámicas poblacionales, pero también por las necesidades de mudarnos a patrones productivos menos contaminantes, como la demanda derivada de la transición energética hacia energías renovables y menos contaminantes.

Pero si bien el sector minero es un gran actor para la generación de valor en la región, por su naturaleza extractiva y tamaño también genera presiones sobre el medio ambiente y las comunidades. La competencia por los recursos hídricos o la tierra, las emisiones de distintos contaminantes, la destrucción de hábitats o la generación de pasivos ambientales, entre otras cosas, en caso de no ser adecuadamente enfrentados, gatillan conflictos que minan los beneficios derivados de esa actividad para los países e incrementan su rechazo social.

Es fundamental, entonces, reforzar el vínculo con la comunidad donde se abran espacios para el diálogo, la participación constructiva y se establezcan mecanismos de transparencia en la toma de decisiones y mayor acceso a la información. También se requiere incorporar o fortalecer los principios de consulta con las comunidades locales y el consentimiento libre, previo e informado (CLPI) en las leyes y reglamentos nacionales, y establecer o fortalecer los mecanismos de reparación para las personas afectadas. 

Se requiere además contar con sistemas de licenciamiento ambiental eficientes y eficaces que impulsen inversiones sostenibles tanto para las empresas como para comunidades y Estados. Estos sistemas no resuelven todos los dilemas del desarrollo y el aporte de la minería, que deben ser tratados en planes o estrategias de desarrollo, pero facilitan proyectos de calidad de los que todos los actores se sientan equilibradamente satisfechos y el medio ambiente protegido. 

El ordenamiento territorial, que incluya tanto la habilidad minera del territorio como las áreas sensibles en términos sociales y ecosistémicos, también previene futuros conflictos, contribuye a establecer reglas del juego claras entre sectores productivos y fomenta sistemas de protección de ecosistemas eficaces.

Estos elementos son esenciales para un diálogo constructivo y renovado entre el sector privado, el Estado y la sociedad.

Esto requiere por una parte seguir construyendo confianza entre estos actores y por otra parte impulsar soluciones y colaboraciones público-privadas innovadoras y sostenibles.

Quisiera señalar en este sentido los esfuerzos que está impulsando el Foro Económico Mundial y que, desde CEPAL, apoyamos con análisis, datos sobre proyectos multi-actor e iniciativas trans-fronterizas en temas emergentes como puede ser la cadena de valor en torno al litio. La Alianza Global para Baterías (Global Battery Alliance por su denominación en inglés) que nos presentará el Foro es justamente una oportunidad de analizar esta cadena de valor de forma integrada, en materia de investigación, necesidad de datos, sus potencialidades de inversión e innovación y, sobre todo, su potencial contribución a la Agenda de Desarrollo Sostenible. Asimismo, existen potencialidades en torno al níquel o al cobalto.

Por otro lado, no debemos olvidar que la minería no es solo minería formal y de gran escala. La informalidad y la ilegalidad en el sector minero son realidades en nuestra región, que son resultado, y a la vez fuente, de capacidades institucionales débiles, altos niveles de pobreza, trabajo informal e incluso infantil, así como creciente degradación ambiental, formando verdaderos círculos viciosos. El uso de mercurio en la minería del oro ejemplifica esta situación. 

Lograr los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible requerirá no dejar a nadie atrás y, para ello, cambiar patrones de producción y consumo, profundizar la economía circular, controlar emisiones de contaminantes y eliminar riesgos para personas, medio ambiente y ecosistemas, entre otras cosas. En países claramente mineros como los nuestros es esencial una minería responsable que se gestione con criterios de sostenibilidad económica, social y ambiental.

Pero, además, el sector minero tiene la potencialidad de generar una importante contribución a lo que desde la CEPAL hemos denominado el gran impulso ambiental. Esta contribución puede expresarse a través de un conjunto coordinado de políticas e inversiones en torno a las nuevas tecnologías, que generen desacople entre el crecimiento y el impacto ambiental, propiciando encadenamientos con otros sectores nacionales de alto contenido tecnológico amigable con el medio ambiente, utilizando energías renovables no convencionales y siendo un importante insumo para los mecanismos de movilidad sustentables como la electromovilidad, al tiempo que permitan responder a las demandas sociales.

Amigas y amigos,

La región enfrenta desafíos y oportunidades de la gobernanza minera para contribuir a la sostenibilidad, el cambio estructural y la igualdad en el marco de la Agenda 2030, para no dejar a nadie atrás. Necesitamos un cambio de paradigma y nuevas coaliciones. Debemos cambiar la conversación para lograr mejores acuerdos entre empresas, comunidades y la sociedad en su conjunto.

Estos son algunos aspectos que quisiéramos discutir en esta jornada mediante el testimonio de múltiples actores de los gobiernos representados, la sociedad civil, la academia, los organismos multilaterales y de cooperación, y el sector privado.

El fin último del evento de hoy es promover un diálogo regional de alto nivel sobre una minería que contribuya a un desarrollo incluyente y más sostenible.

Agradezco el apoyo continúo de la Cooperación de Alemania y la colaboración del Ministerio de Energía y Minas del Perú en la organización de este evento.

Muchas gracias.