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En América Latina y el Caribe, el comercio intrarregional es cualitativamente superior a las exportaciones dirigidas a otros países y permite la diversificación exportadora, fortalece a las pequeñas y medianas empresas y facilita la creación de encadenamientos productivos plurinacionales, explicó Hugo Beteta, Director de la Sede Subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en México.
Al inaugurar el Seminario: Visión prospectiva de la integración latinoamericana y caribeña organizado por la CEPAL y la Secretaría Permanente del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), Beteta resaltó que en un contexto de amenazas proteccionistas y de creciente incertidumbre sobre el futuro del comercio mundial, los países latinoamericanos y del Caribe exportan mayor diversidad y calidad de productos a la propia región.
Estadísticas de la CEPAL revelan que, con la excepción de algunos países como México, el mercado regional es el principal destino de las exportaciones manufactureras de América Latina y el Caribe. Si se excluye a México, el 51% de las exportaciones de manufacturas de alta y mediana tecnología de los países latinoamericanos y caribeños se dirigen a la propia región. Para Argentina, Colombia o Uruguay las exportaciones de alta y mediana tecnología que se dirigen a la región alcanzan el 71%, 74% y 83% del total de dichas exportaciones, respectivamente.
Asimismo, los países latinoamericanos y caribeños exportan mayor diversidad de productos a la propia región que a los países de otras regiones. Por ejemplo, mientras Costa Rica exporta 2.439 productos hacia América Latina y el Caribe, solo exporta 1.399 a los Estados Unidos. En tanto, Guatemala vende 2.990 en la región y 1.052 a Estados Unidos.
En ese contexto, Beteta advirtió que el mundo vive cambios tectónicos que indican que se está frente a un cambio de época y que las crecientes asimetrías hacia el interior de los países y entre los países han tensado los espacios de integración, pero los beneficios para los países y su población son muy superiores.
“Los procesos de integración regional dan mayores grados de libertad a los países porque ofrecen estabilidad y seguridad a los agentes económicos, crean espacios técnicos y políticos para dialogar y alcanzar consensos y facilitan la cooperación Sur-Sur”, dijo Beteta. “Las grandes amenazas como el cambio climático o los fenómenos sociales como las migraciones, pueden tener respuestas más eficaces si se abordan como fenómenos de interés regional”.
La Directora de Estudios y Propuestas de la Secretaría Permanente del SELA, Virginia Cartaya, coincidió en que la incertidumbre actual hace propicio el análisis de los beneficios de la integración para lograr acuerdos básicos entre los países de América Latina y el Caribe.