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Boletín Envejecimiento y Desarrollo No. 13

17 de noviembre de 2017|Edición del boletín

Editorial

Paulo Saad

Director del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)-División de Población de la CEPAL

 

Estimadas lectoras y estimados lectores:

Les damos la bienvenida y les presentamos este nuevo número del Boletín Envejecimiento y Derechos de las Personas Mayores, que, además de cambiar de nombre, inaugura su presentación en formato electrónico.

Se han publicado 13 números anteriores de este Boletín bajo el título Envejecimiento y Desarrollo. El cambio de nombre no se produjo al azar. Es el resultado de la atenta reflexión del equipo de trabajo para responder de la mejor manera posible a las demandas y los intereses de las personas mayores y sus organizaciones y de las instituciones gubernamentales que tienen a su cargo la atención de las problemáticas de este grupo de población.

La reflexión sobre los derechos de las personas mayores se instaló en la región a partir de 2003 y adquirió fuerza en los últimos años, específicamente luego de la aprobación de la Declaración de Brasilia, en diciembre de 2007. Ello ha tenido consecuencias directas en el quehacer de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en particular, y del sistema de las Naciones Unidas, en general. De igual manera, tuvo su impacto en la Organización de los Estados Americanos (OEA), que ya cuenta con el primer instrumento jurídicamente vinculante del mundo en la materia: la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.

Los derechos de las personas mayores forman parte del lenguaje de las políticas públicas en varios países de la región y gracias a la labor del Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre el Envejecimiento, de las Naciones Unidas, también encuentran eco en el resto del mundo. Aunque todavía falta profundizar en su aplicación, una parte del cambio de paradigma está encaminada.

Los cambios demográficos que han ocurrido en la región y en el mundo han contribuido a que las demandas de las personas mayores, orientadas a alcanzar un mayor respeto y la protección de sus derechos humanos, sean insoslayables, tanto en aquellos países que atraviesan un proceso de envejecimiento incipiente, como en otros en que dicho proceso ya ha avanzado.

En la década de 1970, América Latina y el Caribe era una región joven en que se registraban altas tasas de fecundidad y natalidad —el promedio regional ascendía a casi seis hijos por mujer— y una baja expectativa de vida. En la actualidad el promedio de la región está por debajo de la tasa de reemplazo, que es de 2,1 hijos por mujer, y la esperanza de vida correspondiente al quinquenio 2015-2020 es de 76 años.

Si esta tendencia se mantiene, hacia 2040 habrá más personas de 60 años y más que niños menores de 15 años, y aunque la población de la región seguirá creciendo hasta 2060, a partir de entonces llegará un momento en que comenzará a disminuir. Por lo tanto, si todavía se cree que la explosión demográfica es un problema, es preciso superar esa visión. La realidad y el desafío de la región consisten en el envejecimiento de la población como fenómeno demográfico, pero sobre todo la influencia de dicho fenómeno en la planificación del desarrollo.

En efecto, si bien la demografía permite anticipar un escenario, que es el inminente envejecimiento de las sociedades latinoamericanas y del Caribe, este anuncio no tendrá ningún impacto en la sociedad ni en las personas si no va acompañado de políticas públicas que interactúen con dicho escenario. Desde la perspectiva de la CEPAL, esas políticas deben contribuir a superar el statu quo, y su objetivo ha de ser la consecución de la igualdad, que solo se logra cuando se promueven, se respetan y se protegen los derechos humanos.

En este marco, los sistemas de protección social basados en los derechos humanos son útiles para todas las personas. La baja cobertura y la baja calidad de la seguridad social, de la salud o del cuidado de largo plazo afectan a toda la sociedad y no solo a las personas mayores, como muchas veces se suele creer.

De la misma manera, la educación de calidad, que prepare de manera eficaz a las nuevas generaciones para gestionar el conocimiento, la inversión en investigación y en tecnología, o la protección del trabajo decente coadyuvarán en el futuro a sostener a las generaciones de edad más avanzada, mejorar la productividad y avanzar en la senda del desarrollo.

En América Latina y el Caribe es posible superar el distanciamiento que existe entre el cambio demográfico y la planificación del desarrollo. La CEPAL puede acompañar a los países en ese recorrido, aprovechando una de sus principales ventajas institucionales: su capacidad para favorecer el intercambio de conocimientos y de experiencias y para promover la cooperación.

Así, el cambio de formato y de contenido de este Boletín es parte de ese propósito más amplio y ambicioso. Por su intermedio será posible reforzar la comunicación entre distintos interlocutores, destacar las buenas prácticas locales, nacionales y regionales y, ante todo, recibir las contribuciones de personas expertas que estén interesadas en compartir sus puntos de vista y sus trayectorias.

Bienvenidas y bienvenidos.