Descripción
La región cerró el decenio de 1990 con resultados variados en materia de planificación económica y social. Las iniciativas de planificación rindieron frutos diversos según la definición adoptada en cada país para el proceso o sistema de planificación (en cuanto a agentes, sujetos, conocimientos, programa político, procedimientos, distribución de recursos, imagen proyectada, marco institucional y otros factores). Sin embargo, un aspecto que resalta en todos ellos es la necesidad de que el Estado cuente con un organismo o represente que se haga cargo de las tareas básicas, no sustituibles, de la planificación, cualesquiera sea el estilo de desarrollo o tipo de reforma previstos. Entre ellas figuran la recopilación de datos, la consolidación de los avances, la corrección de lo que se consideró inadecuado y la introducción de todos los cambios que fueran necesarios. El estudio presentado en esta publicación se centra en esta tarea básica: el intento de incorporar la visión de largo plazo, la coherencia y la unidad y de reducir la incertidumbre, así como la asignación eficiente y equitativa de los recursos fiscales a fin de dar prioridad a los servicios, infraestructura y proyectos requeridos para reducir la pobreza y la desigualdad.