Descripción
México es un país de extrema desigualdad. Una gran parte de esta desigualdad se explica por la progresiva concentración de la riqueza en las élites empresariales que han logrado consolidar su influencia por medio de conexiones entre ellas mismas y con el poder político. Gracias a ello, las élites han conseguido perpetuarse y tener una influencia creciente en la economía mexicana, lo que es evidente en la proporción cada vez mayor que representan las ventas de las 500 empresas más grandes de México en relación con el PIB: dicha proporción pasó del 15% en 1976 al 69% en 2022. También es visible en la permanencia de empresas en la cúpula de la economía: el 44% de las empresas y grupos económicos que hoy están entre las 20 más grandes han sido parte de las más grandes desde 1976. La investigación concluye con una serie de recomendaciones para modificar este fenómeno y transitar hacia una economía más inclusiva.