Descripción
Resumen La política minera en Chile ha observado oscilaciones radicales en los últimos 40 años en torno a elementos centrales como el papel del Estado y el capital extranjero, la tributación y el aporte de la minería a la economía nacional y las economías locales. En los últimos 15 años se ha producido un crecimiento muy significativo de la actividad minera, con niveles record de inversión y producción de cobre y otros productos metálicos y no metálicos, que ha sido denominado como el boom minero de Chile. Las condiciones de estabilidad institucional y luego política, permitieron aprovechar intensivamente la vasta y rica geología del país. Sin embargo, este ritmo de expansión no se mantendría automáticamente, por cuanto han cambiado las favorables condiciones mineras e institucionales de la década pasada. El cambio hacia un paradigma de cooperación entre el Estado y el sector privado resulta fundamental para mantener el dinamismo de la minería en Chile. Así también definir de qué forma la minería aporta al desarrollo del país, pues mientras predomine una visión exclusivamente rentista será difícil que se perciba el desafío mayor que ofrece el disponer de una actividad de la envergadura de la minería en Chile, facilitándose más bien visiones contrapuestas entre capital privado y Estado. Algunos ajustes en la institucionalidad minera, que sin afectar su esencia incrementen la competitividad y sustentabilidad de la minería en Chile son deseables, en aspectos como potenciar el emprendimiento, fortalecer y focalizar la innovación tecnológica, el desarrollo de mayores encadenamientos productivos, un desarrollo sustentable más amplio, compatibilizar la demanda de la industria minera con el manejo responsable de recursos escasos y ambientalmente sensibles como el agua y la energía, fortalecer la acción internacional del país y la modernización del sector público minero. Un aspecto crucial para una agenda minera efectiva es atender las limitaciones institucionales y de gestión de la principal empresa productiva de cobre del mundo, la estatal Codelco. Su gravitación es tal dentro del Estado, que absorbe los esfuerzos sectoriales y desvía la atención de políticas necesarias para el desarrollo del sector minero.