Descripción
La economía internacional atraviesa un período de profundos desequilibrios que comprometen la continuidad del crecimiento y que generan intensas tensiones políticas, tanto en el mundo desarrollado como en los países en desarrollo. Es urgente cambiar dichos patrones y avanzar en la dirección de un nuevo modelo que promueva la productividad y que sea sostenible en lo ambiental e inclusivo en lo social.
Se trata, por un lado, de lograr un salto en términos de productividad y capacidades tecnológicas que permita salir de la trampa del bajo crecimiento y el bajo aprendizaje. Se requiere de un conjunto articulado de inversiones en varias áreas, que superen los problemas de coordinación que frenan la diversificación y la absorción de tecnología. El impulso a la inversión debe sentar las bases para que las economías transiten por sendas bajas en carbono. El desafío del cambio técnico es especialmente urgente en América Latina y el Caribe. El auge de los precios de los recursos naturales no fue acompañado de una visión estratégica que apuntara a la ciencia, la tecnología y la innovación como factores clave del desarrollo. Una transformación a esa escala debe tener necesariamente en su centro la política industrial. Por eso es necesario repensar estas políticas de una forma más osada que en el pasado.
Este documento, elaborado con el apoyo de la cooperación alemana, a través de la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ), es un importante aporte a la discusión y el diseño de la nueva generación de políticas que requieren los países de la región, y busca contribuir a esa reflexión de dos maneras. Por un lado, a nivel conceptual, mediante una nueva discusión de las teorías que ayudan a entender el rol de la política industrial en el desarrollo en una era de revolución tecnológica y, por otro, mediante un diagnóstico de cuánto ha hecho la región en este campo, cuáles han sido sus éxitos y cuáles sus fracasos.