Descripción
PrólogoEn el trigésimo tercer período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), celebrado en Brasilia en junio de 2010, se sometió a consideración de los gobiernos de América Latina y el Caribe la propuesta contenida en el documento La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir, que refuerza la importancia de la igualdad como parte central de la agenda de desarrollo planteada desde la perspectiva de derechos como una redefinición de una ciudadanía plena.Como se indicó en el documento, la profundización de la democracia clama por una mayor igualdad de oportunidades y de derechos, que amplíe la participación y la deliberación pública a amplios sectores de la sociedad que han sido secularmente marginados, pero supone también avanzar hacia la efectiva titularidad de derechos económicos, sociales y culturales.La igualdad de derechos coloca la dignidad y el bienestar de las personas como valores irreductibles y va más allá de la estructura meritocrática de las oportunidades, ya que prescribe el pleno derecho de todos a acceder a ciertos umbrales de bienestar social y de reconocimiento por el solo hecho de ser ciudadanos, independientemente de los logros individuales y de los recursos con que cuente cada uno.Implica también mayor igualdad de acceso a la educación, el empleo, la vivienda, la seguridad social, los servicios básicos y la calidad ambiental. Cuando esto se traduce en umbrales mínimos e incrementales de bienestar y de prestaciones, impone límites a las desigualdades de acceso. Pero también representa un punto de partida ético-político no solo para universalizar el acceso a las prestaciones, sino para reducir las brechas de calidad en su disfrute. Asimismo, provee el marco normativo y sirve de base a pactos sociales que abren oportunidades para quienes tienen menos. Parte de esta agenda de la igualdad es el pacto fiscal, que implica una estructura y una carga tributaria más redistributivas, capaces de fortalecer el papel del Estado y la política pública para garantizar umbrales de bienestar.La óptica de la igualdad es también pertinente al considerar los derechos de los ciudadanos de edad más avanzada, sobre todo de aquellos pobres y sin acceso pleno a la protección social, ya que es en esa etapa cuando las personas sufren generalmente una importante merma de sus ingresos, tienen vulnerabilidades específicas relacionadas con la salud, son más dependientes de los cuidados provistos por otras personas para mantener o restaurar su bienestar pero requieren a la vez importantes ámbitos de autonomía e independencia, y son también muchas veces discriminados por su edad.Nuestra región se encuentra en plena transición demográfica y, como consecuencia, durante las próximas décadas se producirán cambios en el peso relativo de los distintos grupos de edad de la población. El envejecimiento de la población planteará sin duda otra ecuación entre la población productiva y la dependiente, y requerirá altos niveles de productividad de la sociedad para generar los recursos que se precisan para cubrir las necesidades en materia de salud y seguridad social.Así pues, teniendo como marco de análisis la perspectiva de derechos, están sobre el tapete, entre otras, las siguientes cuestiones: la situación de los adultos mayores en la región; los avances, retrocesos y moras en la aplicación de políticas que han tenido mayor impacto en esta franja de la población; la necesidad de incrementar los recursos destinados a ellos cuando es necesario y lograr que estos sean más progresivos; la forma de combinar recursos contributivos y no contributivos; el fortalecimiento del Estado para que pueda ejercer cabalmente las tareas de regulación y fiscalización de los recursos previsionales, y las lecciones aprendidas al respecto en el marco de la volatilidad económica y la desregulación en marcha antes de desencadenarse la crisis económica global.El libro que tengo el gusto de presentar tiene su origen en el seminario denominado Seguridad social y protección integral para adultos mayores: desafíos y estrategias en América Latina y experiencia internacionales, convocado por la CEPAL, la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica (GTZ), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (ASDI) a finales de 2009, tras el cual la CEPAL y la GTZ se abocaron a la tarea de reunir los aportes a la discusión, idea que encontró amplia acogida por parte de los expositores. Teniendo como contexto algunas experiencias internacionales, a partir de casos nacionales se discute detalladamente sobre la protección social de las personas de edad avanzada en la región, a la luz de nuestros singulares desafíos y de las trayectorias que han tenido en las últimas décadas las reformas de los sistemas de pensiones y otras formas de protección social destinadas al adulto mayor. Como se desprende de su lectura, es este sin duda un ámbito donde quedan asignaturas pendientes para poder encarar la pobreza entre las personas de edad avanzada, salvaguardar la sostenibilidad de los sistemas de seguros previsionales, y labrar y ampliar los instrumentos de la seguridad social que permitan consolidar una protección social integral, universal y solidaria en la vejez.Alicia BárcenaSecretaria EjecutivaComisión Económica paraAmérica Latina y el Caribe (CEPAL)