Descripción
En este artículo se analiza el proceso mediante el cual la experiencia
de violencia doméstica llega a constituirse en Chile en
tema de debate y en un problema público que se incorpora a la
agenda institucional del Ejecutivo y del Legislativo, dando lugar
a programas de prevención y servicios públicos de atención
a la violencia y a la promulgación de una ley contra la
violencia intrafamiliar en 1994. El análisis pone de manifiesto
el carácter dinámico y complejo del proceso, cuyo curso y
resultados no estaban ni podían estar determinados a priori.
Los problemas públicos no existen por sí mismos como meros
fenómenos objetivos, sino que son construidos por actores que
se mueven en distintos escenarios, intercambiando y confrontando
discursos que se sustentan en marcos interpretativos
variados. En el proceso es posible distinguir diferentes fases,
según las características y oportunidades ofrecidas por el sistema
político e institucional, los distintos tipos de actores participantes,
los recursos organizativos con que éstos cuentan, la
estructura de los vínculos que establecen entre ellos y los
marcos interpretativos que orientan lo que hacen los actores.
Desde esta perspectiva, la elaboración de las experiencias de
violencia como problema público es a la vez la historia de la
constitución de las mujeres como sujetos sociales, de sus organizaciones,
de sus estrategias para movilizar el tema en distintos
contextos políticos y de la difusión de nuevos discursos y
propuestas sobre las relaciones de género.