Descripción
Las reformas efectuadas a principios de los años ochenta cambiaron
profundamente la estructura y funcionamiento del sector
salud en Chile, tanto en el subsector privado como en el
subsector público. A pesar de los importantes avances logrados
a partir de 1990, la configuración público-privada resultante
de las reformas no ha permitido superar las deficiencias
en la asignación de recursos ni en las posibilidades de acceso
de la población a los servicios de salud. Una propuesta de
reforma para el sector debe encaminarse a desarrollar mecanismos
que eleven la eficiencia y eficacia de los recursos que
le son asignados, junto con incorporar y mejorar mecanismos
de solidaridad que ayuden a enfrentar y superar los problemas
de acceso a servicios de salud que afligen a una parte importante
de la población. Este doble desafío no es trivial, pues es
preciso hacer frente a crecientes demandas en contextos de
escasez de recursos. El artículo describe el modelo de financiamiento
chileno y plantea la necesidad de redefinir la actual
configuración público-privada en el sector salud, para permitir
más solidaridad en el financiamiento, reducir el problema de
la selección de riesgos y permitir una mejor articulación entre
el subsector privado y el subsector público, tanto en la esfera
de lo financiero como en el ámbito de la provisión de servicios
de salud.