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Las tasas de mortalidad por paludismo han descendido más del 25% en el mundo entero desde 2000, y un 33% en la Región de África de la OMS, según el Informe mundial sobre el paludismo 2011, dado a conocer hoy por la Organización Mundial de la Salud. Este avance es el resultado de una significativa expansión durante el pasado decenio de las medidas de prevención y control del paludismo, entre las que cabe destacar el uso generalizado de mosquiteros, los mejores diagnósticos y una mayor disponibilidad de medicamentos eficaces para tratar la enfermedad.
Sin embargo, la OMS advierte de que un proyectado recorte de la financiación amenaza los frágiles logros, y señala que es necesario afrontar con urgencia el doble desafío que supone la aparición de farmacorresistencia y resistencia a los insecticidas.
Descenso del número de casos y defunciones
"Estamos haciendo progresos importantes en la lucha contra un gran problema de salud pública. La cobertura de las poblaciones en riesgo mediante medidas de prevención y control del paludismo creció nuevamente en 2010, redundando en un nuevo descenso del número de casos y defunciones que se estima provoca la enfermedad”, dice la Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS. “Pero hay signos inquietantes que hacen pensar que los progresos podrían perder intensidad”.
Durante el decenio pasado, las tasas de incidencia y mortalidad del paludismo disminuyeron en todas las regiones del mundo, según el Informe mundial sobre el paludismo 2011. Se estima que en 2010 hubo 216 millones de casos de paludismo en 106 países y territorios endémicos de todo el mundo. Según las estimaciones, el 81% de estos casos y el 91% de las defunciones ocurrieron en la Región de África de la OMS. A nivel mundial, el 86% de las víctimas fueron niños menores de cinco años.
El número de muertes por paludismo en 2010 se ha estimado en 655 000, es decir, 36 000 menos que el año anterior.1 Esta disminución anual del 5% es un avance importante, pero las cifras de mortalidad siguen siendo desconcertantemente altas para una enfermedad enteramente prevenible y tratable.
"Con la sensible disminución del número de muertes por paludismo registrada en África desde 2000, el rédito de nuestra inversión para acabar con esas muertes ha sido mayor que cualquier otro que yo haya conocido en el mundo de los negocios. Sin embargo, cada minuto que pasa, aún muere un niño por causa de esta enfermedad, y son demasiados minutos y demasiados niños”, dice Raymond G. Chambers, Enviado Especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la lucha contra la malaria.
“El precio que debemos pagar por la actual crisis económica no debe redundar en una vuelta atrás respecto de los logros obtenidos ni en un enlentecimiento de de los progresos. Teniendo en cuenta el llamamiento del Secretario General Ban Ki-moon de reducir casi a cero el número de muertes para fines de 2015, toda posibilidad de volver atrás queda excluida”, añade el Sr.Chambers.
Progreso sostenido en la lucha antipalúdica
Los mosquiteros tratados con insecticidas de acción prolongada han sido una de las armas menos caras y más eficaces en la lucha antipalúdica. Según el nuevo informe, la cantidad de mosquiteros entregados a los países endémicos del África subsahariana aumentó de 88,5 millones en 2009 a 145 millones en 2010. Se estima que el 50% de los hogares de la región ya tienen al menos un mosquitero, que es utilizado por el 96% de quienes tienen acceso a él.
También ha habido nuevos progresos en la realización de pruebas de diagnóstico, de importancia decisiva para distinguir el paludismo de otras infecciones febriles. El número de pruebas de diagnóstico rápido entregadas por los fabricantes ascendió de 45 millones en 2008 a 88 millones en 2010, y en la Región de África de la OMS, la tasa de realización de pruebas en el sector público se elevó del 20% en 2005 al 45% en 2010.
A nivel mundial, el volumen de medicamentos antipalúdicos entregados al sector público también ha aumentado. En 2010 se adquirieron 181 millones de tratamientos combinados basados en la artemisinina (TCA), frente a 158 millones en 2009, y solo 11 millones en 2005. El TCA se recomienda como tratamiento de primera línea para el paludismo por Plasmodium falciparum, el más mortífero de los parásitos palúdicos.
Recorte proyectado de la financiación
Los sensibles progresos realizados en 2010 no alejan la amenaza que el proyectado recorte de la financiación de la lucha antipalúdica hace pesar sobre los logros con tanto esfuerzo conseguidos en el pasado decenio.
Los fondos internacionales destinados al control del paludismo alcanzaron US$ 1 700 millones en 2010 y US$ 2 000 millones en 2011, pero quedaron muy por debajo de los US$ 5 000 a 6 000 millones que se habrían necesitado anualmente para cumplir los objetivos mundiales de la lucha antipalúdica. Según las proyecciones del informe, aun habiendo aumentado el apoyo del Reino Unido, la financiación de la lucha contra el paludismo disminuirá levemente en 2012 y 2013, y es probable que incluso descienda a US$ 1 500 millones anuales en 2015.
Este descenso, desencadenado principalmente por la reducción de la financiación disponible con cargo al Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, alterará considerablemente las perspectivas de la lucha antipalúdica y amenazará la sostenibilidad del enfoque multifacético adoptado para combatir la enfermedad, que se basa fundamentalmente en inversiones en mosquiteros, fumigación de interiores con insecticidas de acción residual, pruebas de diagnóstico, tratamiento, investigación e innovación.
"Necesitamos un Fondo Mundial plenamente dotado de recursos y nuevos donantes, y también que los países endémicos aúnen fuerzas para afrontar los enormes desafíos que tienen por delante. En los próximos años será necesario reemplazar millones de mosquiteros, y se deberá hacer realidad el objetivo del acceso universal a las pruebas de diagnóstico y los tratamientos eficaces”, dice el Dr. Robert Newman, Director del Programa Mundial sobre Malaria, de la OMS. "Tenemos que actuar con urgencia y decisión para lograr que nadie muera de paludismo por falta de un mosquitero de cinco dólares, un medicamento antipalúdico de un dólar o una prueba de diagnóstico de 50 centavos.
Las amenazas que afloran
La resistencia de Plasmodium falciparum a la artemisinina, confirmada en 2009 en la frontera entre Camboya y Tailandia, se ha detectado ahora en otros lugares de Myanmar y Viet Nam. La OMS ha recomendado que todos los países prohíban la comercialización de monoterapias orales basadas en la artemisinina, uno de los factores principales que han favorecido la aparición y propagación de la resistencia. Aun cuando la presión internacional ha sido continua, 25 países siguen permitiendo la comercialización de esas monoterapias y 28 empresas farmacéuticas continúan vendiéndolos (menos que las 39 que lo hacían en 2010).
El problema de la resistencia de los mosquitos a los insecticidas también parece ir en aumento, aunque hasta la fecha no se ha vinculado con un fallo generalizado de la lucha antivectorial. Según el Informe mundial sobre el paludismo 2011, que por primera vez presenta datos sobre la resistencia a los insecticidas, 45 países (27 de ellos del África subsahariana) han detectado resistencia a al menos una de las cuatro clases de insecticidas usados en la lucha contra el vector del paludismo. Todas las regiones de la OMS excepto la de Europa han notificado casos de resistencia. Son motivo de gran preocupación la India y los países endémicos del África subsahariana debido a la resistencia generalizada de que dan cuenta –en algunas zonas a todas las clases de insecticidas- combinada con una gran carga de paludismo.
Actualmente, la lucha antipalúdica se basa en gran medida en una sola clase de insecticidas, los piretroides, que son los más comúnmente usados en la fumigación de interiores con insecticidas de acción residual, y la única clase recomendada, y actualmente utilizada, en los mosquiteros tratados con insecticidas de acción prolongada. Ante esta nueva amenaza, la OMS está trabajando con un amplio grupo de interesados directos en la elaboración de un plan mundial para la gestión de la resistencia a los insecticidas generada por los vectores palúdicos, que verá la luz a principios de 2012.
Fuente: Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lea el Comunicado de Prensa completo en el sitio de la OMS.
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