Comunicado de prensa
La oficina de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Montevideo, Uruguay, realizó dos estudios que analizan los cambios introducidos en la Ley de flexibilización en el acceso a las jubilaciones (Ley 18.395), promulgada en 2008 en ese país, gracias a un convenio con el Ministerio de Economía y Finanzas uruguayo y el Centro de Estudios Fiscales (CEF).
Esta ley introdujo un importante conjunto de medidas destinadas a flexibilizar el acceso a la seguridad social. Se trata de modificaciones con impactos en diversas dimensiones del bienestar de las personas así como en las cuentas fiscales. En particular, esta ley introduce cambios relevantes fundamentados en la baja proporción de trabajadores que lograrían acceder a una jubilación con las condiciones vigentes previas a 2008.
En el primero de los estudios realizados por la CEPAL se propone analizar los efectos de estas medidas sobre el acceso a la seguridad social en el período 2009-2015, las características de quienes acceden, y las cuentas fiscales. En el segundo –de próxima aparición en internet- se analiza quiénes lograrían acceder a la jubilación en el futuro según los cambios planteados, y se cuantifica la proporción de trabajadores que logrará acceder a las distintas causales jubilatorias.
Los resultados indican que a partir de la flexibilización del acceso a las jubilaciones se produce un incremento en las altas jubilatorias (las personas que se jubilan cada año), sobre todo en los primeros años de implementada la ley. Las mujeres son las principales beneficiarias tanto en el acceso como en los montos, disminuyendo la brecha de género de 34% en 2009 a un 20% en 2015.
En lo relativo al costo fiscal de la ley, el estudio encuentra que en su ausencia el ahorro acumulado en el período se situaría entre los 1.639 y 1.917 millones de dólares. Esta última cifra representa un ahorro de 52% respecto al costo observado en todo el período.
El segundo estudio plantea que las modificaciones legislativas incidirían significativamente en la proporción de trabajadores que lograría jubilarse a futuro, aumentando de entre un 10% y un 20% a entre un 40% y 60% por ciento aproximadamente a los 60 y 65 años de edad. A los 70 años, las diferencias se encuentran en la composición y no en el total de jubilados, incrementándose del 21 al 46 por ciento la proporción que lograría acceder a una jubilación común, y por lo tanto a montos jubilatorios más elevados.
El principal efecto en el acceso en general se da por la baja de los años de contribución requeridos para la jubilación ordinaria y el escalonamiento del beneficio por edad avanzada. No obstante, la adición del cómputo de años de servicio por hijo, parecería cumplir con el objetivo de reducir la brecha de género en el acceso a los beneficios jubilatorios, según el informe. Cerca del 40% de los hombres y mujeres lograría acumular los 30 años de cotizaciones requeridos para acceder a la jubilación común a los 60, indica el reporte.